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Voto de Quinto Sertorio:
8
6,8
24.464
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
16 de marzo de 2015
29 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
A partir de un gran macguffin - el estudio de los ojos por parte de los protagonistas - Orígenes nos obsequia con una reflexión sobre un aspecto de determinadas creencias religiosas que desarrollo en el spoiler. Película tramposa e inteligente donde las haya, magníficamente construida, elegantemente rodada y fotografiada y convincentemente interpretada, está diseñada para espectadores seguidores de "Cuarto Milenio" y del revistas de paraciencia, con una presunta pátina de verosimilitud, lo que la hace si cabe, más creíble o realista.
En el spoiler desarrollo la crítica con los aspectos más importantes de la película.
Buen filme para espíritus inquietos.
En el spoiler desarrollo la crítica con los aspectos más importantes de la película.
Buen filme para espíritus inquietos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Orígenes nos obsequia con una reflexión sobre la posibilidad de la reencarnación, algo aceptado por el brahmanismo y el budismo, pero que en el mundo occidental, de base judeocristiana, ve como algo extraordinario.
El gran macguffin permite la conexión entre todos los personajes, relacionados o no con es estudio de los protagonistas. La aficción por los ojos permite al protagonista conocer a su trágico amor, justo cuando pierde emporalmente la visión de sus ojos, como si perdiese su conexión espiritual. De la misma maner, ojos que no ven, corazón que no siete, entabla una nueva relación, a la postre definitiva. Y el estudio de los ojos en otra persona le conecta con la idea de fondo de la película: la reencarnación. y que propio que la reencarnación la estudie en la India, donde está a la orden del día. Y el registro de los ojos se extiende a todo el planeta, algo que resulta muy dificil de creer, pero que cuela en el contexto del filme.
La presunta pátina de verosimilitud entronca con hechos reales, como los experimentos y tests de Ian Stevenson y los recientes casos publicitados en "Cuarto Milenio" o en publicaciones del género. Pero ello no resulta novedoso en las tradiciones y religiones humanas, baste recordar como identifican a la reencarnación de los lamas: con el reconocimiento de los objetos por parte del niño que poseyó en otra vida. La película lo viste de otra manera, pero es lo mismo.
Ojo a la escena post-créditos, donde descubrimos que no todos los personajes se reencarnan, al menos en humanos, así vemos las parejas de fotos de ojos en ocasiones duplicadas en otras personas y en ocasiones no, coincidentes con tiranos y dictadores.
El gran macguffin permite la conexión entre todos los personajes, relacionados o no con es estudio de los protagonistas. La aficción por los ojos permite al protagonista conocer a su trágico amor, justo cuando pierde emporalmente la visión de sus ojos, como si perdiese su conexión espiritual. De la misma maner, ojos que no ven, corazón que no siete, entabla una nueva relación, a la postre definitiva. Y el estudio de los ojos en otra persona le conecta con la idea de fondo de la película: la reencarnación. y que propio que la reencarnación la estudie en la India, donde está a la orden del día. Y el registro de los ojos se extiende a todo el planeta, algo que resulta muy dificil de creer, pero que cuela en el contexto del filme.
La presunta pátina de verosimilitud entronca con hechos reales, como los experimentos y tests de Ian Stevenson y los recientes casos publicitados en "Cuarto Milenio" o en publicaciones del género. Pero ello no resulta novedoso en las tradiciones y religiones humanas, baste recordar como identifican a la reencarnación de los lamas: con el reconocimiento de los objetos por parte del niño que poseyó en otra vida. La película lo viste de otra manera, pero es lo mismo.
Ojo a la escena post-créditos, donde descubrimos que no todos los personajes se reencarnan, al menos en humanos, así vemos las parejas de fotos de ojos en ocasiones duplicadas en otras personas y en ocasiones no, coincidentes con tiranos y dictadores.