Tras leer la crítica de Tanomuerto me picó la curiosidad. Historias de terror chinas de tradición taoísta frente al terror centroeuropeo más occidental. Aunque entrar en la franquicia de "Mr. Vampire" con la visión de uno de sus spin-offs tiene cierto peligro de no enterarte de nada.

Historia china de fantasmas, espíritus malignos y otros que buscan justicia, unos vampiros con poco que ver con los occidentales, que dan saltitos. Son los jiang shi. Así, el protagonistas, un sacerdote taoísta cejijunto o unicejo - así lo describen ellos mismos- y sus dos discípulos, custodian unas urnas con espíritus y seres malignos. Su magia funciona a base de post-its, unos papeles escritos con el hechizo correspondiente que pegan en los seres a los que combaten. Tienen como amigo/protegido a un vampiro infante, homenajeado en "Bola de Dragón" con el personaje de Chaoz, que participará activamente en el filme.

En este filme, un sacerdote católico transformado en vampiro consigue despertar tras manipular a los murciélagos de una antigua misión católica para contaminar las aguas del pueblo. El vampiro es lo de menos, ya que ni habla, pro será la excusa para ver buenos combates con el sacerdote taoísta y una ración extra con las desventuras de las pobres monjas huyendo de los vampiros/murciélagos.

La película goza de magníficos combates con imaginativas coreografías que ayudan a sobrellevar ese humor chino solo apto para ellos. Todo lo del militar y su prima/amante raya lo insoportable. No es una película pensada para vender fuera de su público, y con ello hay que contar. Muchas secuencias de acción, explosiones, derrumbes, golpes, efectos especiales físicos de la época, alguno animado. No aburre.

Una aproximación al mundo vampírico completamente distinta a la que conocemos en occidente. Ya, solo por eso, tiene su interés.