El inicio de Dragon Ball. Aunque se haya realizado tiempo después. Un nuevo ladrillo en la cosmogonía de Akira Toriyama y su universo de Sayanes. Y un ladrillo importante. Nada más y nada menos que el nacimiento de Goku y su envio a La Tierra, con unas claras reminiscencias con Superman y la destrucción de Krypton.

Básicamente, Goku es una reinterpretación a la japonesa del mito de Superman, ese ser extraterrestre que vive entre nosotros y nos protege, proveniente de un planeta que desapareció. Pero su antagonista principal, Freezer, no deja de recordarnos al Nerón descrito en las películas, un monstruo que disfruta con la destrucción de los pueblos y los planetas, ante el terror de sus acólitos. Quizás también Toriyama ha buceado en la historia del Imperio Romano y Freezer bebe tanto de Nerón como del emperador Comodo, que bajaba a combatir junto a los gladiadores.

Buen filme, emocionante y épico; aunque sabes como va a finalizar, no puedes evitar tener la esperanza de que Bardock le dé un guantazo a Freezer. Se lo merece. De eso se encargará su hijo.