Desconocido filme australiano que bebe de situaciones descritas en "Poltergeist" y en la saga de "Pesadilla en Elm Street" con notable acierto. Así, los adolescentes de una urbanización construida sobre un cementerio aborigen empiezan a morir a causa de una maldición, pero la noche antes tienen una pesadilla recurrente en la que reciben una piedra como mensaje inequívoco de su pronto fallecimiento, piedra que se materializa junto a ellos desde el plano onírico. James Bogle construye un modesto pero efectivo filme ochentero de terror adolescente, con muertes bastante creativas, a causa del ataque de diversos animales, con personajes estereotipados - el egoísta constructor, las parejitas ardorosas, el instituto, el baile de fin de curso - quizás con interpretaciones que dejan que desear, en especial la de la protagonista.

Me llama la atención el trato despectivo hacia los aborígenes australianos, desde la comprensión del conquistador amable hasta el desprecio racista. No puedo evitar pensar en la novela "Crónicas marcianas" de Ray Bradbury, donde los marcianos serian los aborígenes, desposeídos de sus tierras y arrinconados como habitantes relictos de otras épocas, por parte de unos colonizadores implacables a la hora de borrar su memoria histórica, como ocurre en el filme.

No obstante, el conjunto, por su ingenuidad y mesura cinematográfica, se puede ver con cierto agrado, alejado de otros filmes más modernos de este género que ha evolucionado hacia el gore y las situaciones cada vez más exageradas, suponiendo un típico film de los años 80.