Es curioso lo de los bodrios. Uno piensa que suelen ser producciones cochambrosas, malos actores, pésimos directores y abominables guionistas. Y sin embargo, hay producciones con un buen elenco, medios y un director solvente que pueden resultar una auténtica basura infecta, como es el caso. ¿Que falla en una producción para obtener una aberración como la que tenemos entre manos?

El guión es de vergüenza ajena. Tonto, tópico, viejuno. La chica es el prototipo de damisela incapaz de protegerse, de premio y alivio sexual para el macho-alfa. Eso es más viejo que las películas de Charlot. Ya no se lleva ese tipo de protagonistas femeninas. Los actores, Penn y Bardem, dan grima. Parece que rueden una parodia. Sean Penn está sobreactuado, luciendo abdominales y poniendo caritas de interesante. Esto no es lo suyo. Debió rodar el filme amenazado por un Kalashnikov de alguno de sus acreedores. Quizás quería financiar algún proyecto suyo, algún documental. Si no, es incomprensible. Y no digamos el "papelón" de Bardem, histriónico y ridículo a partes iguales. Nunca le había visto tan fuera de sitio con el personaje. Esperpéntico. Un personaje escrito penosamente, una colección de tópicos manidos mil veces vistos: machismo, frustración, miedo, cobardía, violencia con las mujeres, mezquindad.... lo tiene todo. ¿Qué pensaría Bardem mientras rodaba esas escenas y declamaba sus diálogos? Tenía que darse cuenta que estaba participando en una porquería de tomo y lomo.

Hay momentos involuntariamente hilarantes, sobretodo las escenas de acción. Son de lo más bizarras. Penn es tiroteado dentro de una masía -está rodada en Cataluña-desde un lejano altozano y dispara, a bulto y sin mirar, levantando el arma por encima del hombro y encima acierta. Y que mala puntería tienen los sicarios. O como te vas de Barcelona a Gibraltar en coche en una mañana. Suelen ser once horas. En la película es un suspiro. Los guionistas no tienen ni idea de nada; así, una de las frases memorables es cuando un personaje que vive en Barcelona le dice a Penn algo así como "esos sicarios eran españoles. Lo normal ya que vive en Gibraltar" . Vamos a ver, lo normal es que fuesen británicos, digo yo ...
Mención aparte son los tópicos de ambientación. Una Barcelona en la que no hay ni un rótulo en catalán, donde todos los mercenarios viven en masias en L'Ampordà y cuya escena final acaba en la Plaza de Toros de Barcelona, completamente llena de público cuando lleva años cerrada. La última corrida fue en 2011 y el filme es de 2015. Por cierto, el torero es Talavante. Un final espeluznante, de esos que parecen producto de algún tipo de estupefaciente (ver spoiler). Y no digamos el epílogo ....

No la vean, salvo que quieran reírse viendo a dos actores consagrados haciendo el ridículo. En eso sí lo bordan.