Pues sí. Este filme tiene mucha relación con el clásico (y pedante) filme de Luchino Visconti "Muerte en Venecia". Ambos se suceden en sendos parques de atracciones- hoy en día, Venecia es más un parque temático, con sus tornos y todo que una ciudad de verdad - en ambos filmes se nos describe la crisis de los cuarenta que sufre el protagonista y su obsesión enfermiza por adolescentes que como diría Salvador Sostres, aún no huelen a ácido úrico, así Dirk Bogarde se obsesionaba con el andrógino Tazio mientras que nuestro protagonista se obsesiona-sexualmente- con dos jovencitas francesas extremadamente jóvenes, cuasi preadolescentes y, en ambos filmes, los objetos de deseo se aperciben de la mirada lujuriosa de los señores maduros y se divierten con ello. Y una última coincidencia, en Venecia hay una epidemia de tifus y en Epcot hay una epidemia de la llamada "fiebre felina". Incluso hay una cuarta coincidencia, pero para leerla, hay que leer la zona spoiler.

Así que tenemos un remake inconfeso de "Muerte en Venecia" escrito y rodado por un fervoroso seguidor de los filmes más extravagantes de David Lynch. Llenará el filme de originales chorradas- desde un homenaje a "Almas de Metal", a las alucinaciones psicóticas y todo aquello sobre las princesas como objetos sexuales a disposición de hombres asiáticos, más propio de "Twin Peaks". Todo ello rodado y fotografiado en un excelente B/N y con una destacable BSO.
Los actores, en especial la pareja protagonista, lo bordan, una crisis cuarentona fulminante y la desesperación de la mujer y madre de dos niños, uno de ellos realmente odioso.

Y luego está el tema del rodaje "pirata" en las instalaciones de Disney. Apenas es anecdótico. NI influye en la historia ni cuestiona o critica a la todopoderosa empresa del ocio. Podía haberlo rodado allí o en "Parque Warner". Tanto monta.

En cuanto a la realización, el director busca encuadres y secuencias originales, empleando cromas cuando no podía rodar con los actores en el parque temático. Y son cromas muy chapuceros. Se apoya también en un elegante y resolutivo montaje, ofreciendo un producto muy profesional para los pocos medios que tuvo (se gastó unos 650.000 $).

El resultado es un film enigmático, bien rodado, interesante por cuanto la historia narrada transita entre la alucinación lisérgica, el terror y un falso documental al uso, con personajes siniestros y situaciones pesadillescas. Una fantasía de una mente alterada. Una fantasía nada aburrida y con capacidad de sorprender hasta el final.