Ciclo del que tan solo queda un episodio -el último - lo que supone un auténtico ejercicio de fanatismo whoviano ver el conjunto mediante las restauraciones oficiales o las animaciones no-oficiales que los fanáticos de "Who recons". En todo caso, es una extraña historia, más propia de los comics DC o Marvel, en la que un inmortal aburrido - el fabricante de juguetes celestial - se entretiene capturado viajeros haciéndoles jugar, apostando en ello su libertad y su vida, si pierden, pasarán a ser otros juguetes de su colección para toda la eternidad. Tremendamente malvado.

Sin embargo, los juegos son estúpidos, sosos y el que juega el Doctor - el denominado Trilogic- absurdo y sin sentido. Mucho diálogo de relleno, unos decorados bastante escasitos, con un atrezzo ínfimo y un final incomprensible hacen de este ciclo uno de esos a olvidar en el currículum del buen Doctor.