El año en que se estrenaron "Waterworld", "Screamers", "12 monos" o "Species", se estrenó la tercera parte de una extraña saga de alienígenas malos e inconexos entre los tres filmes. Una película con escasos medios y nula imaginación, escrita, protagonizada y producida por Daryl Haney (uno de los soldados del filme), junto al productor y perpetrador de los dos anteriores filmes, Harry Bromley-Davenport. Y por mucho interés que le pusiese el tal Haney, el resultado es un lamentable bodrio, que intenta tomar ideas de Alien 3 (el título de inicio), Depredador (la selva y el camuflaje empleado por el alienígena), Arachnofobia, Aliens (por la persecución del alienígena por cuevas y túneles) y cualquier otro film de serie Z marcianil.

Sin embargo, la nula eficacia del director, las escenas sinsentido, las frases y situaciones ridículas, y lo que no tiene perdón, unos no-efectos especiales, siendo mejores los de los Lunnis que los de este filme, con un alienígena de goma eva ridículo, que parece un "ninot indultat" escapado de una falla, que lo tienen que empujar ya que no anda, y que mueve los brazos a un ritmo tortuguil, hace que ver este filme sea un ejercicio de penitencia para cualquier aficionado al género. Y eso que la idea podía tener su gracia, pero su desarrollo filmico es lamentable.

Para estómagos curtidos y seguidores de los bodrios de la productora "The Asylum". Ellos sí saben "valorar" estas obras.