Remake u homenaje inconfeso a "La Jungla de Cristal", de la que copia la situación principal: en un futuro cercano, unos malos con pintas de comic se apoderan de un edificio, tomando rehenes y necesitando descifrar una serie de códigos para poder robar su tesoro preciado, en este caso un virus informático biológico que, inyectado en el jefe de los malos, le daría el poder de control sobre la humanidad. Sin embargo no cuentan con un conserje ex-policía, el ínclito Dudikoff, que va eliminando uno a uno a los malos, cada vez de manera más creativa.

Dentro de sus limitaciones como filme de serie B y factura televisiva, resulta aceptable en cuanto a medios, con naves espaciales, robots-policía, explosiones, peleas y demás efectillos especiales que la hacen sumamente entretenida.

La historia está bien pergeñada, con unos chistes en ocasiones graciosos, como la referencia a "Aterriza como puedas" con la frase "...elegí una mala noche para dejar de beber...", y el malo, encarnado por un superteñido Brion James (el León de Blade Runner) resulta una buena alternativa al Rickman de "La Jungla de Cristal". El resultado es un film modesto, pero divertida, para estómagos poco exigentes.