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España España · Rivas-Vaciamadrid
Voto de Quinto Sertorio:
7
Ciencia ficción Sedikh construye su propia nave espacial, y acompañado de una mujer astronauta y un niño, se embarcará en un primer viaje humano a la luna. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando pensamos en viajes espaciales en el cine, por defecto, pensamos en el cine Hollywoodiense, adaptando las novelas de Verne, ilustrándonos la carrera espacial, o ya en un futuro más o menos lejano. Sin embargo, al inicio del cine no fue un patrimonio exclusivo de los estudios de los EE.UU. En el cine mudo, fue Meliés, un francés, quien rodó un viaje a la luna, unos daneses llegaron a Marte y los alemanes fueron los primeros en poner una mujer en la luna.

La Unión Soviética y sus intelectuales ya pensaban en la exploración espacial. El científico ruso Konstantín Tsiolkovski (1857-1935) teorizó en la década de 1880 sobre cohetes compuestos por varias etapas y propulsados por combustible líquido que podrían llegar al espacio (wikipedia). De hecho, se le considera el padre de la Cosmonáutica. Y tras este filme, los soviéticos rodaron notables viajes de exploración espacial alejados del concepto de space-ópera.

Tsiolkovski asesoró al filme objeto de esta crítica. De hecho, su viaje a la luna es en un cohete por fases. "Viaje cósmico" es un filme raro. Rodado como mudo en pleno cine sonoro. Magnífica ambientación futurista, con Art Decó en la arquitectura y una ciudad espacial futurista que quizás influyó en la estética de "La vida futura", también rodada en 1936 ¿O fue al revés?

El punto fuerte de este filme son los increíbles efectos especiales. El plano-secuencia por el hangar de las naves espaciales, es, sencillamente, impresionante y recuerda poderosamente al de "Star Trek: la película" (1979). La llegada a la luna y la exploración de su superficie quita el hipo. Unos magníficos stop-motions de los cosmonautas saltando entre grietas muestran un nivel de perfección que aún, hoy en día, sorprenden. Y la ambientación de la superficie lunar, esas grietas, esos cráteres, confieren al espectador la idea de un lugar inhóspito y letal. El filme no es una space-ópera. Los aparatos técnicos no son de fantasía como en Flash Gordon e incluso plantean cámaras con agua para proteger a los cosmonautas en el despegue.

Obviamente el mensaje, y más en los años 30, nos vende las bondades de un régimen comunista, donde cuentan todos: el anciano sabio- lo rescatable del anterior régimen- la fuerza de las mujeres -invisibilizadas en el sistema capitalista- y el futuro encarnado en los adolescentes. No hay machos-alfa y sí un sentido de colaboración compartida entre todos sus ciudadanos, que son los que se beneficiarán de los logros alcanzados. Aún y así, son Héroes de la Unión Soviética.
Quinto Sertorio
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