Una nave viviente pretende destruir la vida orgánica de este mundo, más bien, emplearla como alimento. Aunque peca de falta de medios y de intrahistorias estiradas demasiado para cubrir los 5 epidodios, el concepto de nave orgánica viva, con babas y cosas similares, como si estuvieses dentro de un cuerpo, con sus entradas a través de pliegues de la piel, resulta extremadamente novedoso y nos recuerda a una magnífica historia stentera del comic "Dan Dare" sobre otra nave orgánica (Los Biogs) con las mismas aviesas intenciones. Y, aunque más alejado, resulta un precedente de las excrecencia orgánicas de la mítica saga "Alien". Lo que sí falla son los trajes tipo "ballet Zoom" o "Ballet de Don Lurio" que llevan los alienígenas, y ese aspecto dorado con esos ojos inmensos que nos recuerdan al gran Marty Feldman. Asimismo, ese machismo que emana este Doctor con su "companion", resulta chocante con las actuales encarnaciones.

Y como "bola extra" tenemos otra aparición ( y van...) del Amo AKA "The Master". Historia curiosa, para verla con paciencia.