Llegábamos a 1984 y a todo el mundo le dio por recordar a la novela de George Orwell. Esas telepantallas que controlaban a la humanidad en una distopía totalitaria de aires comunistas ... Por eso no deja de ser gracioso que la protagonista luzca como una lanzadora de martillo soviética, con los mismos colores -que también son los de Apple- y el mismo aspecto de señora atlética y forzuda, escapada de una demostración de obreros deportistas, que pretende iluminar a una sociedad gris dominada por el adoctrinamiento a través de la telepantalla a base de vandalismo anti-sistema, por muy malo que sea el sistema.

Buena realización del amigo Scott, con sus efectos especiales, ambientación ad hoc y esa imagen en la gran pantalla mil veces vista, antes y después...

Inciso: ahora no hay telepantalla grande para adoctrinar pero si pantallita de móvil para lo mismo. Medios audiovisuales, escritos, redes sociales ... Quizás llegó 1984 y no nos enteramos.