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España España · Granada
Voto de Yanpol64:
9
Searching for Sugar Man
2012 Suecia
Documental, Intervenciones de: Sixto Rodríguez
8,0
28.294
Documental A finales de los años 60, Sixto Rodríguez, un misterioso músico, fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores que quedaron fascinados por sus melodías conmovedoras y sus letras proféticas. Grabaron dos discos con la convicción de que el artista se convertiría en uno de los más grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó, y el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio en un escenario. Mientras ... [+]
27 de abril de 2014
80 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente cualquiera de nosotros habrá visto documentales más fieles a la realidad, más profundos, más sesudos, más serios, más científicos, más objetivos, más desgarradores, más terribles... pero yo no recuerdo haber visto un documental artístico tan poético ni con esa capacidad para conmover sin exageraciones ni melodramas. A pesar del meloso título del “hombre azúcar” el documental arranca algunas furtivas lágrimas, auténticas y saladas, y no lagrimones fáciles y edulcorados.

Por supuesto que no podemos olvidar que es cine y que es ficción, así que como toda obra de arte es imposible que deje de ser una bella y tramposa recreación. Algunos puristas le recriminarán a Malik Bendjelloul que un “documental” no puede permitirse la deshonestidad de esconder información, que un guionista no debe de hacerse el tonto para forzar el suspense de una trama artificial, que un documental no tiene que engañar al inocente espectador amputando acontecimientos que podrían estropearle su bonita historia... Vale. Pero aunque esos puristas tengan bastante razón (sobre todo si fuese un documental con pretensiones de científica objetividad histórica), yo creo que esos supuestos “defectos” que le achacan son en realidad virtudes necesarias en una película como esta, que si adopta el formato de “documental” es sólo para engañarnos, emocionarnos, intrigarnos y fascinarnos... mejor. O sea, justo lo que debe proponerse siempre el buen cine, la buena literatura y la buena religión.

Y es que la película tiene una componente espiritual casi mesiánica: J. Sixto Rodríguez, un cantautor fracasado -surgido de la inmigración mejicana en una Detroit decadente- no consiguió ser profeta en su tierra y acabó autoinmolándose en el escenario. Aunque, maravillosamente, su mensaje cruza los océanos y acaba germinando y resucitando en otra tierra lejana y oprimida, la Sudáfrica del apartheid. Años después, dos de sus fans, a modo de fieles discípulos, iniciarán la búsqueda de la auténtica historia de su admirado ídolo fantasmal...

Puede que no se cuente toda la verdad, pero todo lo que se cuenta sí es verdadero. Aunque lo importante es que -como tantos otros han dicho antes- esta historia de esperanza y de redención es iluminadora, fascinante, preciosa y conmovedora. Es una historia al mismo tiempo modesta e impresionante, inverosímil y cierta, triste y feliz, cruda y poética, pesimista y esperanzadora. De modo que cerrar el corazón ante Jesús Sixto (Rodríguez) y privarse de su música (terrenal) es una carencia imperdonable que desde este púlpito pretendo -nunca es tarde- ayudaros a salvar. Amen.
Yanpol64
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