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Voto de ferbovi:
7
Drama El sacerdote católico Jerzy Popieluszko fue beatificado en 2010 por el Papa Benedicto XVI. El padre Popieluzko fue torturado y asesinado por la policía por apoyar al sindicato obrero "Solidaridad", que se había rebelado contra el régimen comunista polaco. Convertido en un mártir, su coraje y su fe arrastraron a muchos compatriotas que arriesgaron su vida en defensa de la libertad y la dignidad humana. Para reprimir el movimiento, el ... [+]
28 de enero de 2012
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por defender la verdad; por intentar liberar a su pueblo del yugo de la mentira; por frenar la explotación y violencia contra los trabajadores y sus familias; por luchar por la dignidad del ser humano... Por todo eso y por ser beato, por ser siervo de Dios y propagar su amor en Polonia, Jerzy Popieluszko fue asesinado, muerto y arrojado a las aguas del Vístula tras ser martirizado brutalmente por tres oficiales de la policía comunista.

Fue, sin duda, el más odiado y querido a un tiempo. El más amado por un pueblo que nunca temió expresar su religiosidad y se sintió orgulloso de ser católico. El más odiado por un Partido Socialista que nunca comprendió, dada la debilidad física del padre Jerzy, el origen de sus fuerzas, pues tampoco entendió que su poder de convocatoria y su carisma procedían del aliento de esperanza y Gracia que el Espíritu Santo le infundió.

“Popieluszko” es una película que, pese a las faltas técnicas que se le puedan achacar, cumple perfectamente con el reflejo manifiesto que se halla presente en cada acto del beato: la intención de hacernos partícipes de la Verdad, de convertirnos en apóstoles de Cristo. Un largometraje de plena actualidad, no solo por su analogía presente con Cuba o China, sino porque el peor enemigo de la autenticidad que podremos hallar, ahora y siempre, no es el Estado opresor ni la coacción política, sino nuestro propio miedo. Superarlo es nuestra meta como hijos de Dios, y sacrificarnos por Él y por la patria es, en palabras de Popieluszko, el mayor orgullo de un católico.
ferbovi
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