A pesar de lo que el título de su versión española pueda sugerir, esta no es una película de terror ni de misterio. Es un cruce de drama político e intriga con la mira puesta en el corporativismo y la corrupción de la profesión médica, con una trama donde la doble moral y la avaricia de los médicos de prestigio es puesta en liza sin paños calientes a través de los clásicos diálogos corrosivos del "cine denuncia" italiano de los 70 y de escenas dramáticas a veces casi brillantes (las conversaciones de los pacientes que entran al quirófano con sus familiares) y a veces no tanto (la espera de la esposa de uno de los pacientes en la capilla mientras operan a su marido). Paga el peaje de algún personaje sin demasiada trascendencia (la monja enfermera), de algún altibajo de ritmo, y de algún momento humorístico un poco marciano (la pareja de "ricos de pueblo" y sus cuitas conyugales), y por momentos roza el melodrama, pero es prácticamente única en su denuncia del comportamiento de algunos médicos, plasma de forma bastante creíble la época en que está hecha, está bien interpretada, tiene giros de guión interesantes y en líneas generales es una película olvidada pero bastante apreciable.