La última película que me faltaba por ver de Lynch tiene como característica principal la dualidad, ya que es precuela y final al mismo tiempo. Con un reparto realmente bueno: la correcta y bella Sheryl Lee, el bipolar y perturbador Ray Wise, los cantantes Chris Isaak y David Bowie, además de Kyle MacLachlan, Kiefer Sutherland, Miguel Ferrer y el propio Lynch, entre otros.

No he visto la serie, tan solo el episodio piloto y su abrupto final proyectado en cines (el mismo final de la serie) y esta “precuela-final”; así las cosas, no puedo opinar sobre ciertos aspectos que se desarrollan en su mayoría en la serie (o eso supongo), como el tema de la supuesta “logia” o el enigmático personaje de David Bowie, por ejemplo. Sin contar con que la vi en inglés sin subtitular ni nada; y aunque vea muchas en inglés, mi nivel no alcanza para ver una de Lynch sin subtitular. Aunque me falten muchos datos siempre me veo obligado a decir algo sobre cualquier obra de Lynch que veo, no puedo dejarla pasar sin más, por muy cómodo que eso sería. Tras ver todos sus largometrajes y casi todos sus cortos, puedo decir que en ningún momento recurre a la fantasía ni a lo sobrenatural, todas las explicaciones son humanas y terrenales aunque enredadas en una red onírica que las distorsiona. Digo esto porque según he leído en algunas ocasiones, la serie sí tiene una parte sobrenatural que, sin haberla visto, me atrevería a decir que fue fruto del mal hacer de otros directores, que no captaron la idea de Lynch, y de lo precipitado que fue la recta final de la serie, por su cancelación inminente.

Puestos los puntos sobre las íes, “Fuego camina conmigo” confirma la hipótesis de que no hay ningún ente sobrenatural merodeando por Twin Peaks, sino que es reflejo de una personalidad dual oculta, enfermiza y deleznable, que se mueve entre las sombras de la personalidad y del subconsciente, surgiendo en ciertos momentos como un ser totalmente diferente. Lo poco que he visto de la “logia” y la habitación roja me dice que son toda la maquinaria subconsciente que procesa y resuelve conflictos en segundo plano mientras la razón va en primera línea. Un ejemplo de cómo resolver u ordenar las ideas en segundo plano es a través del sueño, entendido también como descanso (todos los que son o han sido estudiantes se habrán dado cuenta de que tras dormir al despertarnos recordamos conceptos que el día anterior se machacaron sin mucho éxito, como si durante el sueño el cerebro hubiera procesado esa información que no fuimos capaces de procesar de forma consciente). Y así es como se muestra la resolución del caso en el final precipitado del episodio piloto y en esta “precuela-final”, que destripa todo lo elemental del misterio, aunque no todo, porque en las series hay que meter sub-tramas de relleno, ya se sabe, para alargar, una de las razones por las que no soy muy partidario de las series.