Lamberto Bava firma este interesante giallo que, sin bien no aporta nada nuevo al subgénero, si representa una muestra aceptable, aunque sin llegar al nivel de los más grandes. El aire cutre y barato impregna cada fotograma, con una musiquilla reiterativa la cual debería ser la banda sonora de la película en la que trabaja el compositor protagonista, pero que al mismo tiempo ambienta la acción que transcurre en ese momento, como si la película estuviera ocurriendo de verdad, como cine dentro de cine.

La sobreactuación y la infinita estupidez de las víctimas del todopoderoso psycho-killer de turno concuerda con el estilo de estas películas precursoras del slasher, a favor del estilismo de los crímenes, a costa de perder realismo. Destaca la escena del asesinato de una de las chicas en el lavabo, por ser la más cruel y explícita. Y por supuesto, el ya esperable giro final sorprendente. Todo parece rodado de forma humilde, pero con fundamento y confianza en lo que se produce, dando como resultado una efectiva y aceptable muestra de giallo que gustará a sus seguidores y reafirmará a sus detractores.