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Voto de Monsieur Komarowsky:
3
3,3
2.362
Intriga. Terror. Fantástico
Esta segunda parte se centra en la búsqueda de Luisa Llorente, una tasadora de fincas que recibió el encargo de evaluar la casa de Lázaro Valdemar y de la que no se ha vuelto a saber nada. De la búsqueda de la desaparecida se encargan, por un lado, Nicolás Trámel, detective contratado por Maximilian Colvin, jefe de Inmoverance, empresa para la que trabaja Luisa, y por otro, sus compañeros de trabajo Ana y Eduardo, que se proponen ... [+]
9 de febrero de 2011
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta película, no sé si escribir una crítica de cine o un artículo pidiendo la reimplantación de la pena de muerte.
Los actores están espantosos desde todos los puntos de vista, mención especial a Óscar Jaenada y a Rodolfo Sancho. El primero debería probar a abrir la boca para hablar, y, en cuanto a Rodolfo Sancho, solo me cabe preguntarme por qué dejó la televisión por el cine. Eso sí, menos mal que trabajan Eusebio Poncela, siempre solvente, y nuestro queridísimo Paul Naschy, aunque teniendo en cuenta el cartel, estaban tan fuera de lugar en una cinta tan mala como Sharon Stone veraneando en Valdemorillos de Abajo. Dos excelentes actores como ellos podrían haber rescatado un film que naufraga cada dos por tres, pero ni Christopher Lee habría sacado a flote un guión así. Liotti muy bien, aunque su acento chirría algunas veces.
En cuanto al guión, no hay por dónde cogerlo. Se suceden los giros de trama sin sentido y las monótonas escenas recitativas que tratan de “explicar” la situación previa en vez de mostrar el presente, todo aderezado con trozos de información "nueva" que, si bien pretende enriquecer la trama, la enrevesa y la hace inverosímil, incluso tratándose de fantasía.
Cinta floja sobre un excelente cuento de Lovecraft, que quedará para los incondicionales del género. Es una pena el resultado, aunque le alabo al director Alemán el valiente intento de hacer algo original en el cine español, tanto como le critico la dirección de actores. El guionista, al exilio, por favor.
¡Iä, Iä, Shub-Niggurat, la Cabra de los Mil Cabritos!
Los actores están espantosos desde todos los puntos de vista, mención especial a Óscar Jaenada y a Rodolfo Sancho. El primero debería probar a abrir la boca para hablar, y, en cuanto a Rodolfo Sancho, solo me cabe preguntarme por qué dejó la televisión por el cine. Eso sí, menos mal que trabajan Eusebio Poncela, siempre solvente, y nuestro queridísimo Paul Naschy, aunque teniendo en cuenta el cartel, estaban tan fuera de lugar en una cinta tan mala como Sharon Stone veraneando en Valdemorillos de Abajo. Dos excelentes actores como ellos podrían haber rescatado un film que naufraga cada dos por tres, pero ni Christopher Lee habría sacado a flote un guión así. Liotti muy bien, aunque su acento chirría algunas veces.
En cuanto al guión, no hay por dónde cogerlo. Se suceden los giros de trama sin sentido y las monótonas escenas recitativas que tratan de “explicar” la situación previa en vez de mostrar el presente, todo aderezado con trozos de información "nueva" que, si bien pretende enriquecer la trama, la enrevesa y la hace inverosímil, incluso tratándose de fantasía.
Cinta floja sobre un excelente cuento de Lovecraft, que quedará para los incondicionales del género. Es una pena el resultado, aunque le alabo al director Alemán el valiente intento de hacer algo original en el cine español, tanto como le critico la dirección de actores. El guionista, al exilio, por favor.
¡Iä, Iä, Shub-Niggurat, la Cabra de los Mil Cabritos!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como colofón a la crítica anterior, vaya una selección de momentos "memorables":
-Queda para la historia del ridículo la escena en la que Jaenada que trata de explicar sus motivos para ir a la casa Valdemar: sin dejar de gesticular con los brazos, mirando al suelo, sin vocalizar y con un guión tan malo que creo que él mismo no sabía lo que estaba diciendo.
-Laia Marull, horrorosa. Por estética y vestuario parecía la mala de la también mala secuela de Indiana Jones, pero queda a años luz del personaje misterioso y ambivalente que quieren (o quiere) parecer.
-De los secundarios, mejor no hablar mucho, especialmente la gitana de la carroza, que parece sacada directamente de la tienda de “malacatones” de la calle de abajo; si eso es ser actriz, yo debería ser ministro.
-La secuencia de las cuevas, por su parte, se hace pesada, y solo me cabe decir que, cuando el demonio que hay allí se cargó a Rodolfo Sancho, hubo quien aplaudió en el cine.
-La discusión de Jaenada y Sancho es incomprensible; ¿alguien la entiende?
-El loco de Santi tiene demasiado protagonismo, y casi nunca para bien. Desde su introducción (el monólogo horrible del canibalismo, que no se hace creíble) hasta los intentos de fuga, todo es raro, forzado y sin sentido. Más de una vez apetece cogerle del cuello y preguntarle si, de verdad, no sabe abrir una puerta.
En cuanto a lo bueno, que lo hay, se reduce a detalles estéticos o de ambientación, como las tarántulas de Insmouth y el idioma de los dioses primigenios, sin duda interesante pero no convincente. También hay que reseñar el buen gusto de Alemán con el vestuario y los escenarios.
-Queda para la historia del ridículo la escena en la que Jaenada que trata de explicar sus motivos para ir a la casa Valdemar: sin dejar de gesticular con los brazos, mirando al suelo, sin vocalizar y con un guión tan malo que creo que él mismo no sabía lo que estaba diciendo.
-Laia Marull, horrorosa. Por estética y vestuario parecía la mala de la también mala secuela de Indiana Jones, pero queda a años luz del personaje misterioso y ambivalente que quieren (o quiere) parecer.
-De los secundarios, mejor no hablar mucho, especialmente la gitana de la carroza, que parece sacada directamente de la tienda de “malacatones” de la calle de abajo; si eso es ser actriz, yo debería ser ministro.
-La secuencia de las cuevas, por su parte, se hace pesada, y solo me cabe decir que, cuando el demonio que hay allí se cargó a Rodolfo Sancho, hubo quien aplaudió en el cine.
-La discusión de Jaenada y Sancho es incomprensible; ¿alguien la entiende?
-El loco de Santi tiene demasiado protagonismo, y casi nunca para bien. Desde su introducción (el monólogo horrible del canibalismo, que no se hace creíble) hasta los intentos de fuga, todo es raro, forzado y sin sentido. Más de una vez apetece cogerle del cuello y preguntarle si, de verdad, no sabe abrir una puerta.
En cuanto a lo bueno, que lo hay, se reduce a detalles estéticos o de ambientación, como las tarántulas de Insmouth y el idioma de los dioses primigenios, sin duda interesante pero no convincente. También hay que reseñar el buen gusto de Alemán con el vestuario y los escenarios.