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Voto de Maese Huvi:
5
3,2
1.383
Comedia. Acción. Drama. Terror
Unos vigilantes enloquecidos y de tendencias neo-nazis intentan dominar las playas de California después de los efectos devastadores de un terremoto que acaba con la vida de la mayoría de la población de la costa de los Estados Unidos. Una banda rival de surferos retan a los surfistas nazis y las playas californianas se convierten en verdaderos campos de batalla. La única persona que puede enfrentarse con éxito a los surfistas nazis es ... [+]
5 de junio de 2008
30 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo puede estar alguien tan pirado para rodar una película sobre surfistas nazis? Sólo hay una respuesta: Troma, la gran fábrica de cine basura. Sólo a ellos se les puede ocurrir algo así y sólo ellos pueden conseguir que alguien pueda tragarse hora y media de película sobre tan bizarro tema y no sufrir efectos secundarios (o al menos eso espero, aunque me noto algo raro…)
Como muchas otras películas de la época refleja el miedo a la catástrofe (en este caso natural, en otras películas provocada por el hombre) que acaba con el orden y las instituciones dando lugar a un escenario de caos y desorden que es aprovechado por algunos (malos malísimos) para cometer todo tipo de tropelías, dando lugar a un mundo puramente hobbesiano en el que los más fuertes se hacen con el poder y sojuzgan por la violencia al resto de la población, que se encuentra indefensa y a la que sólo podrá librar de la nueva tiranía un héroe solitario y justiciero. Los surfistas nazis deben morir es, en gran medida, una parodia de este subgénero y consigue bastante bien su propósito.
Ahora bien, ¿por qué siempre en ese escenario postapocalíptico se instaura un régimen mucho peor que el anterior? ¿Incapacidad para imaginar que si el capitalismo cae pueda llegar algo distinto? ¿Postura realista ante las condiciones en las que se impondría ese nuevo escenario? ¿Defensa del mundo presente que, a pesar de ser un mierda, es mucho mejor que la “anarquía” que puede venir? Postura conservadora en todo caso. Pero lo cierto es que, quitando las exageraciones y dejando un escenario más sobrio (sin bandas de punks hiperviolentos, ni mutantes, ni demás personajes típicos de este cine) podemos llegar a pensar que la base sobre la que se cimenta este tipo de cine no es tan irreal como parece y, en algunos casos, hasta la realidad puede superar a la ficción en algunos aspectos, y si no pensemos en Irak, ¿no es un escenario tan demencial como el presentado en cualquier película del género? Y es la realidad, una realidad cada vez más demencial y que se expande superando a la ficción, pues un zombie acojona bastante menos que un marine puesto de coca y pastillas hasta el culo y órdenes de matar a todo bicho viviente o que un yihadista cargado de goma 2 hasta en los gayumbos.
Como muchas otras películas de la época refleja el miedo a la catástrofe (en este caso natural, en otras películas provocada por el hombre) que acaba con el orden y las instituciones dando lugar a un escenario de caos y desorden que es aprovechado por algunos (malos malísimos) para cometer todo tipo de tropelías, dando lugar a un mundo puramente hobbesiano en el que los más fuertes se hacen con el poder y sojuzgan por la violencia al resto de la población, que se encuentra indefensa y a la que sólo podrá librar de la nueva tiranía un héroe solitario y justiciero. Los surfistas nazis deben morir es, en gran medida, una parodia de este subgénero y consigue bastante bien su propósito.
Ahora bien, ¿por qué siempre en ese escenario postapocalíptico se instaura un régimen mucho peor que el anterior? ¿Incapacidad para imaginar que si el capitalismo cae pueda llegar algo distinto? ¿Postura realista ante las condiciones en las que se impondría ese nuevo escenario? ¿Defensa del mundo presente que, a pesar de ser un mierda, es mucho mejor que la “anarquía” que puede venir? Postura conservadora en todo caso. Pero lo cierto es que, quitando las exageraciones y dejando un escenario más sobrio (sin bandas de punks hiperviolentos, ni mutantes, ni demás personajes típicos de este cine) podemos llegar a pensar que la base sobre la que se cimenta este tipo de cine no es tan irreal como parece y, en algunos casos, hasta la realidad puede superar a la ficción en algunos aspectos, y si no pensemos en Irak, ¿no es un escenario tan demencial como el presentado en cualquier película del género? Y es la realidad, una realidad cada vez más demencial y que se expande superando a la ficción, pues un zombie acojona bastante menos que un marine puesto de coca y pastillas hasta el culo y órdenes de matar a todo bicho viviente o que un yihadista cargado de goma 2 hasta en los gayumbos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un terremoto destruye la costa oeste de Estados Unidos. Aprovechando el caos, una banda de surfistas nazis tratan de hacerse con el poder en la playa, eliminando al resto de bandas rivales y aterrorizando a la población. Nadie puede hacerles frente. ¿Nadie? Una persona lo hará. La anciana madre de la primera víctima de los surfistas nazis: un hombre negro que se atrevió a detener a uno de ellos que había robado un bolso. La señora se convierte así en una madre coraje dispuesta a hacer justicia y vengar a su hijo acabando con esa “escoria blanca”. Los nazis empiezan a sufrir ataques sin saber quién los está llevando a cabo. Granadas y pistola en mano, la anciana empieza a eliminarlos uno por uno hasta que sólo quedan Adolf, el jefe, y Eva, su novia y mano derecha (aunque el personaje más brutal es sin duda Mengele), a los que perseguirá y finalmente matará cuando tratan de huir de ella surfeando. La escena final con la vieja a lo Harry el Sucio reventándole la cabeza a Adolf de un disparo es sencillamente genial.
No se puede decir que sea la película más lograda de la factoría Troma pero reúne algunos de los requisitos básicos del buen cine basura: violencia gratuita, desnudos gratuitos (aunque muchos menos de los habituales en las producciones Troma), humor zafio y vulgar, escenario postapocalíptico, look cutre ochentero (los nazis parecen salidos de un video de Motley Crüe), artes marciales, irreverencia, caspa a montones… Un película políticamente incorrecta, cutre y absurda como no podía ser de otra manera, sólo le falta algo de gore y vísceras, un poco más de intensidad en algunos momentos y le sobran muchas escenas de surf (casi todas salvo la última). En definitiva, una película sólo apta para amantes del cine basura.
No se puede decir que sea la película más lograda de la factoría Troma pero reúne algunos de los requisitos básicos del buen cine basura: violencia gratuita, desnudos gratuitos (aunque muchos menos de los habituales en las producciones Troma), humor zafio y vulgar, escenario postapocalíptico, look cutre ochentero (los nazis parecen salidos de un video de Motley Crüe), artes marciales, irreverencia, caspa a montones… Un película políticamente incorrecta, cutre y absurda como no podía ser de otra manera, sólo le falta algo de gore y vísceras, un poco más de intensidad en algunos momentos y le sobran muchas escenas de surf (casi todas salvo la última). En definitiva, una película sólo apta para amantes del cine basura.