Haz click aquí para copiar la URL
España España · Aquí al lado
Voto de Cornapecha:
6
Aventuras. Drama Escocia, año 1304. Tras la ejecución de William Wallace, obligado a entrar en batalla para salvar a su familia, su gente y su país de la tiránica ocupación inglesa, Robert the Bruce se apodera de la corona de la Escocia medieval y lidera a un grupo de hombres insurgentes para enfrentar la ira del ejército más fuerte del mundo conducido por el despiadado rey Eduardo I y su débil hijo, el príncipe de Gales.
18 de diciembre de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su decidida apuesta por producir sus propias películas Netflix está marcando unas pautas muy claras, con sus ventajas y sus inconvenientes.

Entre sus ventajas que son películas hechas con buen gusto y con cierto esmero. Podrán gustar más o menos, pero es innegable que están guionizadas, dirigidas y rodadas con un nivel que hoy en día no es muy habitual en el cine comercial. Sus guionistas no tratan al espectador de imbécil, como la mayoría de escritores de Hollywood actuales. Sus directores se esfuerzan por hacer un buen trabajo,y lo mismo puede decirse de decoradores, estilistas, iluminadores y todo el elenco técnico. Seguramente sea porque Netflix busca aumentar su prestigio y ser reconocida por algo más que sus series.

Entre las desventajas (que las hay, por supuesto) que no dejan de ser películas para televisión, con presupuestos altos pero que palidecen ante cualquier blockbuster de medio pelo. Y que ese espíritu televisivo acaba transmitiéndose a lo que se rueda. Ningún televisor, por muchas pulgadas y mucho 4K que tenga, puede competir con la magia de la pantalla grande. Y Netflix intenta a veces crear superproducciones de bolsillo.

Todo esto, lo bueno y lo malo, está en El rey proscrito. La película es honrada, muy digna, con un guión que no provoca sonrojo (lástima de montaje final), una dirección muy cuidada de David Mackenzie y una ambientación puntillosa y muy lograda.

Pero, y ahí está lo malo, en su intento de promocionarla, Netflix la presentó como una suerte de secuela de Braveheart. Y eso son palabras mayores. Hablamos de una película mítica, rodada por un Mel Gibson en plena cresta de la ola, sin reparar en gastos y con una indisimulada intención de dar espectáculo, aunque fuese a costa de la fidelidad histórica. Y ahí nuestra película pierde en cualquier comparación. Las cabalgadas por los impresionantes paisajes escoceses a vista de pájaro no lucen igual en la pantalla del cine que aquí, que la verdad lucen más como un anuncio de coches. Las batallas parecen escaramuzas si las comparas con las que protagonizó William Wallace e incluso la ambientación parece más de cartón piedra.

Sin el referente de Braveheart la película ganaría más presencia, pero es una trampa en la que sus productores se metieron voluntariamente, así que en su pecado llevan su penitencia. Pero en general es una buena película, entretenida y honrada, estilo Netflix 100%, lástima de ese final tan Disney. Incluso en esto le gana por goleada Braveheart.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cornapecha
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow