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Voto de Fran Romgue:
7
Drama Nannerl es la hermana mayor del famoso compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Como su hermano, fue una niña prodigio, que fue presentada junto al compositor en todas las cortes de Europa. En Versalles, se encontró con Luis XV, que le encargó componer música. Pero Nannerl es una mujer y, en esa época, a las mujeres no se les permitía ser compositoras. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie dudará, hoy en día, cuántas grandiosas mentes que la historia de seguro ha dado durante siglos y siglos se han perdido en el anonimato por culpa de la eterna represión a la que la mayoría de las culturas ha sometido a la mujer. Alejadas de la educación y de cualquier posibilidad de autoridad alguna, sólo podían dar a conocer sus obras haciéndose pasar por hombres (véase a Mary Anne Evans) o influyendo, de alguna manera, en el trabajo de sus maridos (como Clara Schumann, un ejemplo especialmente adecuado a esta crítica).

El caso de Maria Anna Mozart no goza de la claridad de otros muchos en cuanto a la represión de un ináudito genio artístico (aunque la realización de composiciones por su parte es prácticamente indudable) pero, con la dramatización de René Féret, nos sirve para ser conscientes una vez más de la realidad histórica por la que pasaron un gran número de mujeres que (muy posiblemente) como Nannerl, vieron reducidas todas sus aspiraciones al servilismo y la dominación, como Marianne Mozart sufría (al contrario que Wolfgang, su hermano) ante su padre.

Con un vestuario formidable y una caracterización fantástica (sorprende lo bien que se ha reflejado ese carácter "enfermizo" de las altas esferas de la época) aunque con escenarios tal vez demasiado reducidos (lo que evidencia su bajo presupuesto), "Nannerl" hace un fiel y creíble retrato de su momento. Tal vez algo lenta en su montaje, pero... ¿Acaso no es ese el "ritmo vital" de su época? Por otra parte (y aunque no es el caso de Marie Féret) para un músico como yo se agradece enormemente que Marc Barbé, el joven actor que hace del pequeño Mozart, sepa realmente tocar el violín (y de qué manera). Esto no es algo que ocurra en todas las películas (incluso cuando, como ésta, tienen como leivmotiv algún hecho musical) y uno siempre se pregunta si no merecerá más la pena encontrar a un actor que lo sea tanto como músico para mantener cierta veracidad en la historia que se quiere contar. Sobre todo porque, al final, siempre se acaba notando que "el prota" no es el que toca el instrumento.

La conmovedora música de Marie-Jeanne Serrero (recomiendo su escucha por separado) termina de rematar un trabajo más que digno y muy interesante.
Fran Romgue
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