Esta cinta profetizaba la época de oro del cine mexicano (1930 – 1960).

Con un guion sencillo: unos ladrones que se hacen pasar por policías.
Un celuloide que no parece de 1919 más bien de 1939. (Como si Enrique Rosas, estuviera al lado de los grandes de la época de oro del cine mexicano o más bien fue el primer director mexicano en dar el paso a la época de oro). La dirección es buena.

Tal vez opino de esta forma porque la mire sonora, ya que la original se perdió hace algunos años.