Excelente adaptación de «Bola de Sebo», de Guy de Maupassant, con un final emocionante e inesperado, que hay que dejar que los espectadores descubran por sí mismos. La película posee no obstante diferentes fases y va ganando en interés y se va complicando moralmente, ofreciéndonos muchas lecturas. Desde el inicio, el guion nos va llevando de unos personajes a otros y trasladando el foco de la historia, hasta llegar a Oyuki y Okin, las prostitutas en las que se basa verdaderamente todo, en su drama social e individual, sus miserias y su generosidad, la cual en comparación con los ricos y biempensantes es mucho más pródiga y destacable sin duda. Las prostitutas, rebosantes de humanidad. Los ricos y acomodados, hipócritas y desagradecidos, son la verdadera escoria social.
Es cierto que la película tiene muy mal sonido y que hay fases en el montaje que no son de lo mejor de Mizoguchi, pero en general es un filme excelente, digno de la mejor calificación, y que de un modo u otro anticipa las grandes obras maestras del director nipón. Para mí, un 10 absoluto. Entrañable e inolvidable final con una versión del Preludio de «El clave bien temperado» de Bach. Más que recomendable.