Es una película muy especial. Sorprende positivamente porque sale de lo habitual.
El protagonista encuentra casualmente una imagen de su hermana y desencadena una obsesión visual y pasional. Oliver es un profesional del cine, acostumbrado a ver imágenes de todo tipo, pero cuando encuentra un video porno de su hermana se obsesiona con encontrar esa imagen, con vivirla, cuando ese tipo de escenas, publicadas en la red, no son reales. Imágenes que demonizan la mirada de quien las ve.
Oliver no es el malo malísimo de la película, él es difícil, complicado, autodestructivo, ingenuo. Pero también a maldad reside en Aurora, su hermana. que incita a la situación en sí misma.
La película tiene muchas capas. El incesto sólo es el más superficial. En su totalidad muestra una saturación audiovisual, similar al ataque continuo que sufrimos en la actualidad. Hay personas que parecen tontas, porque hacen tonterías, aunque en esta película se juega con qué es superficial y qué no.
En el avance de la película hay distintos niveles de pérdida de la inocencia y concluye con la referencia a “Holocausto Caníbal” dándole un final que hace encajar todo y lo compacta.
Trata temas como el abuso de poder, la manipulación de las redes, de la familia, de los amigos, de la sociedad… la guerra de sexos, habiendo una preponderancia del género femenino en la película. Todas las capas, algunas de ellas muy oscuras, rodada toda a la luz del día, con un ambiente colorido de verano, de atmósfera luminosa que cubre la oscuridad que hay debajo.
Llama la atención que está rodada en formato 4/3, formato que el Director eligió para filmar los rostros directamente y que no hubiera espacios laterales en la pantalla que pudieran distraer al espectador. También este formato está relacionado con el agujero en el que el protagonista espía a su hermana.