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Voto de primo gose:
7
Western. Comedia Ambientada en el Oeste americano, en 1857. Quincy Drew (James Garner) y su amigo Jason O'Rourke (Louis Gossett Jr.) son dos estafadores que han descubierto una nueva manera de conseguir dinero. Viajan de Missouri a Kansas haciéndose pasar por terrateniente y esclavo negro respectivamente. En cada pueblo, Quincy vende a Jason y, por la noche, ambos huyen con el dinero. Sus problemas empiezan cuando uno de los compradores descubre la trama. (FILMAFFINITY) [+]
25 de noviembre de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuándo se rueda Skin Game, James Garner venía de firmar varios westerns seguidos de tono guasón claramente encuadrables en la misma casilla que otras cintas sesenteras cómo El Gran McLintock o La Leyenda de la Ciudad sin Nombre. Y antes se había hecho famoso en EEUU al protagonizar la serie Maverick, un "gambler" que algunos recordaréis por la versión que protagonizaron Mel Gibson y Jodie Foster en el 94. Por lo tanto, el personaje de bribón aventurero en el oeste ya lo tenía más que dominado. Un punto.

El segundo protagónico es Louis Gosset Jr., recién salido del rodaje de El Casero, debú de Hal Ashby, uno de los totems del cine setentero más injustamente olvidados. En todo caso, actuación muy destacable la suya en un rol que necesita (y mucho) un adecuado equilibrio entre drama y comedia para no hacer caer a la cinta en la patochada indigerible. Otro punto. Y por último la gran sorpresa de la cinta, una Susan Clark que lo clava en un papel de esos que cualquier actor con un mínimo de orgullo profesional debería alcanzar el orgasmo solo de pensar en que les sea ofrecido. Otro puntejo.

Por otro lado tenemos la historia y el tono de la misma. La primera no deja de ser una acumulación de anécdotas e historietas de embaucadores, pero ni molesta, ni resulta embarazosa, precipitada, infantil, liosa o aburrida. Medio punto. Es en el tono dónde la peli destaca realmente; sin dejar de lado nunca el humor, la cinta no esquiva las cuestiones que se derivan de la idea central que hace de motor del argumento, y siempre lo hace desde una perspectiva adulta y humanista. Es decir, en vez de las tonterías seniles y las resoluciones inverosímiles con las que nos castigaba la industria hollywoodiense cada vez que intentaba acercar el western a la comedia durante los 60s, esta peli tiene a personajes de carne y hueso con dudas y elecciones, no arquetipos que sólo sirven para contrastar más el carisma del Juan Guayne de turno. En definitiva, Skin Game se encuentra más cerca del "realismo psicológico" (cinismo protestarán algunos) de El Día de los Tramposos que de la memez que pretende resucitar el slapstick de Paint Your Wagon o McLintock!, y todo ello sin renunciar jamás a ser un entretenimiento plenamente consciente de ello, ni caer en la pretenciosidad. La cuadratura del círculo, o casi. 2 puntos y medio.

Y finalmente, aparece John Brown, primera vez que veo al histórico abolicionista en una peli. Otro punto.
primo gose
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