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Voto de CourierNew12:
8
Thriller. Intriga. Drama Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
24 de octubre de 2012
33 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son muchos los que achacan al Ben Affleck actor cierta rigidez interpretativa, por decirlo de un modo suave. Sin embargo, lo que es rigidez en su faceta ante las cámaras se convierte en sobriedad cuando pasa tras ellas. Quién lo hubiera dicho…

O quizá no debería sorprendernos tanto. No parece probable que Affleck se transforme en un genio cuando se quita el traje de actor y se pone el de director. Sin embargo, demuestra gran sabiduría. Veámoslo de este modo: si como actor nunca sobreactua, ni nunca destacará por encima de sus personajes, como director también prefiere ceder el protagonismo al guión, como si se limitase (considerando esto su gran acierto) a filmar, con gran solvencia, sólidos guiones.

Discípulo aventajado del clasicismo norteamericano (si en su primer film había algo de 'Mystic River', aquí resuena 'Munich' en algunos momentos), Affleck parece tener claro que la historia está por encima de la pirotecnia, del estilo propio a cualquier precio. En este sentido, parece más un artesano que un autor. Como ya demostrara en 'Gone, baby, gone' (2007) primero, y confirmara en 'The Town' (2010), Affleck quizá no sea Eastwood, pero sabe dirigir. Tiempo al tiempo.

Primero de sus films en cuyo guión no participa, ‘Argo’ nos relata la historia, basada en hechos reales (¿En qué medida? Eso ya es otra historia), del rescate, en 1980, de unos diplomáticos estadounidenses atrapados en Irán, tras huir de la embajada norteamericana, al ser esta asaltada por una revuelta popular. Para llevar a cabo el rescate, la Inteligencia estadounidense recurrió a un falso rodaje en Teherán de una película ficticia: 'Argo'. Así, el rescate se realizó sin efectuar un disparo. La historia de este gran engaño guarda muchas similitudes con la llamada ‘Operación Jaque’, realizada en 2008 por el ejército colombiano para rescatar a Ingrid Betancourt de las garras de las FARC (historia que Hollywood se planteó llevar a cabo con Brad Pitt a la cabeza).

'Argo' es un film es adrenalítico, y no lo es, insisto, por su montaje visual o sonoro, sino por la tensión y el ritmo que nacen de una situación límite bien exprimida.

Por otro lado, destaca la equidistancia en el tratamiento de la historia. Más 'diplomático' (valga la expresión) que político, no parece buscar ningún tipo de denuncia más allá de la constatación de unos hechos probados. Aunque le caerán palos de los de siempre por pro americanista, lo cierto es que desde el primer fotograma, el film se declara neutral, lo cual es, aunque parezca una contradicción, es lo más valiente si enfrente está el archienemigo Irán. Comienza poniéndonos en unos antecedentes que no dejan en muy buen lugar a Estados Unidos, y que desatan la furia y la barbarie que presenciamos en la (genial) primera escena, que abre con un plano de una bandera americana ardiendo. Por otro lado, en ningún momento abusa del sentimentalismo ni pretende dignificar a los diplomáticos atrapados, más allá, obviamente, de su condición de seres humanos, con derecho a no ser colgados en público por su nacionalidad.

Tiene mucha miga ‘Argo’. Quizá sin pretenderlo, funciona a varios niveles, como un juego de muñecas rusas. Es cine de mentira dentro de una historia real. Es un retrato de Hollywood dentro de un thriller político. Es un guión basura dentro de un buen guión. Es ‘Argo’ dentro de ‘Argo’. Para más inri, el guión de la falsa 'Argo' habla de un rescate espacial, el mismo que relata convincentemente a los guardias revolucionarios el personaje de Scott McNairy (‘Monsters’) en el clímax de la película, creando una sutil metáfora que reverbera en todo el conjunto.

Y, por último, está el reparto: si cuentas con Bryan Cranston (recuperado para el cine gracias a su éxito con 'Breaking Bad') al mando de la operación, y con John Goodman y Alan Arkin para perpetrar la farsa hollywoodiense (y darle el ¿necesario? alivio cómico a la historia), la operación no puede salir mal.
CourierNew12
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