Esta película no me ha decepcionado en absoluto puesto que es justo lo que me imaginaba que iba a ser, es decir, un intento de comedia de situación sin pies ni cabeza.
La presentación de los personajes resulta absurda y he de decir que hay talento desaprovechado por todas partes en la cinta puesto que no aparecen malos actores ni mucho menos pero resulta insufrible de principio a fin.
La película es predecible y muy pobre en su ejecución, llegando incluso a ser un insulto al espectador con un mínimo de recorrido en el cine.
Algo que no se suele comentar mucho en las críticas es el tema del vestuario, que en este caso es sencillamente horrible. Solo hay que ver a la pobre Amaia Salamanca con una estética en la que podemos apreciar que no se encuentra precisamente cómoda.
En definitiva, no merece la pena verla ni para echar un rato puesto que hay muchas otras actividades en esta vida mucho más productivas y divertidas que ver esto.
Lo bueno es que te anima a pensar que si ellos han podido lanzar una película en Netflix, ¿porqué no cualquiera de nosotros?