Divertidísima comedia que habría podido ser una memorable comedia si hubieran corregido un detalle que, en mi opinión, le resta mucha comicidad a la serie:
El exageradísimo histrionismo de la protagonista. Una serie que se basa en el absurdo, donde las situaciones son rocambolescas y los personajes se mueven en el límite del surrealismo se beneficiaría de un personaje principal "neutro", el contrapunto a la locura.
Casi todos los personajes tienen sus roles bien definidos, sus locuras y sus histerismos tienen razón de ser pero en la protagonista los excesos interpretativos para dotar al personaje de comicidad consiguen exactamente el efecto contrario.
Lo mejor - el personaje de la monja.