No sé si Carrusel fue la primera novela infantil en la cual en la Escuela Mundial había un variopinto de niños que estudian en primaria: la simpática, la antipática ricachona, el afro humilde, el gordo torpe, el bromista, la traviesa, el niño bueno, la sensible, el romántico, el estudioso, el desordenado, la presumida, el chino oriental, el judío, la gringa, etc. Todo fue posible gracias a una abnegada maestra Ximena que se apersona de todos sus estudiantes aplicando justicia, empatía y consideración. Por esas aptitudes y actitudes se ha ganado el cariño de todos.
Además cuenta con una rectora cascarrabias Ines de Cantilla que siempre le advertía a la maestra Ximena que tuviera bastante cuidado y para rematar aparecia un anciano llamado Fermín que tocaba la campana que a la vez era un fiel consejero de los estudiantes. Y los padres con sus profesiones y problemas habituales.
Como en todo colegio o escuela se forman compañeros, amigos y hasta enemigos. No faltaba el bullying por sus condiciones físicas, chismes, prejuicios y bueno también unión para todo pese a varias distinciones religiosas, sociales (racismo y aporofobia), ética y valores que se vislumbraron en toda la novela.
Carrusel, una novela en la que la escuela es el segundo hogar y más tolerancia con todos los niños que tienen derechos y deberes hasta para con ellos mismos y que bueno que la maestra Ximena sea jueza y parte de los mismos niños así como ayudar a que los padres puedan tener más amor y comprensión en lo bueno y en lo malo.
No obstante, hasta ahora me pongo a desayunar que esa novela fue una adaptación argentina de Señorita Maestra y Jacinta Pichimahuida creadas por Abel Santa Cruz (1915-1995). Y como por variar, Televisa no contento con Carrusel hizo dos reencauches Carrusel de las Américas y Vivan los niños con su predecibles resultados. Son niños, lo sé, pero, ¿por qué no crean otra historia distinta en este género para que no sea la misma vaina? ¡Grave la cosa!