Otro de los clásicos imperdibles durante la década de los sesenta es con mi bella genio partiendo de una contrarrespuesta a la otrora memorable comedia hechizada en el que se basa la magia. Trata de un astronauta llamado Tony Delson que es capitán de la Fuerza Aérea Estadounidense en el que en una isla desértica encuentra casualmente una botella en donde reside una chica muy bonita de origen iraní llamada Jeannie en la cual le concede todos sus deseos. Al principio, sus compañeros y demás empleados de dicho ente no le creían, pero sí su colega y amigo el mayor Roger Healy en el que le cree y le da una mano para cualquier situación que atraviesan ya sea causado por Jeannie o la misión que emprende la misma Fuerza Aérea.
Cabe recordar que la genio Jeannie, es muy dulce, querendona, efusiva, intensa y celosa que siempre le llama amo a Tony y que está disponible para todo, sin embargo, a veces, lo enerva y le saca el quicio debido a que es muy introvertida y extrovertida a la vez; además de comprender que su amo vive muy atareado y algo estresado por lo que debe controlar sus impulsos. Con el pasar del tiempo Jeannie y Tony Nelson se casaron tratando de vivir una vida normal pese a que Jeannie conserva sus dotes de genio.
Sus diálogos fueron muy ocurrentes, inocentes y bien construidos que pese a que los escenarios donde se desarrolló gran parte de la historia fueron corrientes pero los efectos como el humo y la transformación fueron muy creíbles para darle más ritmo a la historia.
Así las cosas, es recomendable volver a ver las series de antaño que te hagan reír y recordar cómo las hacían y con actores muy bien construidos, diálogos cojonudos e hilarantes y giros impredecibles; debido a la que las de ahora no les llegan a los talones. Por lo tanto, recordar es vivir.