Fallida historia con tintes sobrenaturales que plantea una historia de sobre un vidente y su cliente, nuestro protagonista, un tipo con mucha labia y pocos escrúpulos que se teme lo peor después de una sesión con J.K. Simmons, el perfecto J.J. Jameson.
La historia se va torciendo hacia un tema personal sin resolver de nuestro héroe, que está a punto de mandar a la mierda la bonita relación que tiene con Piper Perabo, lo único bueno que tiene en la vida este perdedor nato.

Al principio la película se parece a una poco conocida y original película de Oliver Stone, Giro al infierno.Empiezan de una manera similar y el ambiente de decadencia que embriaga la película también se parece.
Una sensación de agobio que interpreta bien Guy Pearce, un buen papel para un mal guion. Sus ajustes de cuentas con su pasado, su intento de redención mantiene cierta tensión, pero no es una película recomendable más que para pasar un rato y hacer llevadera la cuarentena, no aporta nada nuevo y da la sensación que son dos películas mal mezcladas.