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Voto de Danivtar:
10
6,7
1.003
Drama
Tras una breve relación sentimental con un colega, Theresa Dunn (Diane Keaton) decide independizarse de su opresiva familia. Así comienza una metamorfosis que hace de ella una compasiva profesora de niños sordos durante el día y una mujer que busca toda clase de placeres nocturnos por los tugurios de la ciudad. (FILMAFFINITY)
18 de junio de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es éste un film importante, de los grandes sin duda. Lo cuento entre lo mejor de todo lo que he visto. La factura técnica, lo estrictamente cinematográfico revela la mano de uno de esos directores que ya no se repetirán. También me ha impresionado de Richard Brooks su Elmer Gantry.
Goodbar arranca de manera notable, se impone desde el primer instante, introduciéndonos con una galería fotográfica y un entramado musical que establecen su ambiente y marcan su tempo, un ritmo que no decaerá un momento en los 135 minutos de la película. Sus imágenes, su banda sonora, lo tornan hipnótico, atrapante. Y no menos su compleja historia, basada en la novela de Judith Rossner sobre un caso real. La protagonista en la pantalla se llama Theresa Dunn, y es asumida por una grandiosa Diane Keaton en lo que es tal vez la más lograda de sus performances (y, para algunos y con razón, motivo por sí solo suficiente para justificar el visionado del film). Brooks guioniza basado en la novela, pero creo que le imprime al relato su sabor particular y personal. Comoquiera que sea, afrontaremos una historia compleja y no exenta de lecturas diversas y de controversia. Su centro es la familia. Theresa vive en el hogar paterno, en el seno de una familia católica y es una de tres hermanas junto con Katherine y Brigit. El cuadro que Brooks nos pinta de la familia no es precisamente halagüeño, y entendemos rápidamente que Theresa no se sienta feliz y a gusto en ese ambiente opresivo, ruidoso, a veces brutal y con secretos non santos escondidos bajo la alfombra. Ella y su hermana Katherine observan conductas liberales, pero mientras que Katherine es la consentida y se hacen ojos ciegos a sus transgresiones, Theresa es objeto de asedio y amargas y permanentes reconvenciones. Esto precisamente la determina, una vez que termina sus estudios y es capaz de trabajar, a independizarse, a abandonar la casa y establecerse de manera independiente: "En su lugar, con su dinero y sus propias reglas".
Goodbar arranca de manera notable, se impone desde el primer instante, introduciéndonos con una galería fotográfica y un entramado musical que establecen su ambiente y marcan su tempo, un ritmo que no decaerá un momento en los 135 minutos de la película. Sus imágenes, su banda sonora, lo tornan hipnótico, atrapante. Y no menos su compleja historia, basada en la novela de Judith Rossner sobre un caso real. La protagonista en la pantalla se llama Theresa Dunn, y es asumida por una grandiosa Diane Keaton en lo que es tal vez la más lograda de sus performances (y, para algunos y con razón, motivo por sí solo suficiente para justificar el visionado del film). Brooks guioniza basado en la novela, pero creo que le imprime al relato su sabor particular y personal. Comoquiera que sea, afrontaremos una historia compleja y no exenta de lecturas diversas y de controversia. Su centro es la familia. Theresa vive en el hogar paterno, en el seno de una familia católica y es una de tres hermanas junto con Katherine y Brigit. El cuadro que Brooks nos pinta de la familia no es precisamente halagüeño, y entendemos rápidamente que Theresa no se sienta feliz y a gusto en ese ambiente opresivo, ruidoso, a veces brutal y con secretos non santos escondidos bajo la alfombra. Ella y su hermana Katherine observan conductas liberales, pero mientras que Katherine es la consentida y se hacen ojos ciegos a sus transgresiones, Theresa es objeto de asedio y amargas y permanentes reconvenciones. Esto precisamente la determina, una vez que termina sus estudios y es capaz de trabajar, a independizarse, a abandonar la casa y establecerse de manera independiente: "En su lugar, con su dinero y sus propias reglas".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El espíritu libertario de Theresa se enmarca en la revolución sexual de los años setenta, en el reclamo feminista de derechos y libertades, que ella hace suyo, y es esta postura explícita lo que tensa sus relaciones familiares, especialmente con su padre. Katherine, no menos liberal, sabe en cambio conciliar mejor esos mundos tan antagónicos, a tal punto que se erige para el padre como un verdadero modelo.
La música disco que suena en todo el soundtrack, las noches y las calles de Chicago, los bares, los boliches y más tarde los hoteles son el ambiente que Theresa encuentra ideal para desplegar sus alas libertarias, su guerra declarada a las inhibiciones y represiones impuestas por el entorno familiar, y saciar su sed de independencia y de placeres. Los días de dedicada maestra de niños sordomudos completan el desigual cuadro de su vida.
Es así como Theresa va conociendo personas, particularmente hombres que ingresan a su vida y determinarán su destino. Tony es uno de ellos (Richard Gere) y James es otro, que conoce a través de la familia de una alumna. Tony es un bribón nocturno. James trabaja para la beneficencia estatal. Tony es un ex combatiente un poco tocado, James es católico y se ha convertido en el candidato soñado del señor Dunn para su hija Theresa. Theresa se divierte mucho al principio con Tony, mientras pronto detestará a James que, curiosamente, comienza a asediarla... Pero es éste un asedio diferente al de los bribones (que también la asedian) y que recuerda claramente al padre de Theresa.
Si el "Señor Goodbar" viene a significar esa relación fresca, ideal, que representa la máxima aspiración de Theresa, es claro que la realidad le depara cosas muy otras, que este mundo no es apto para satisfacer semejantes demandas, y que la soledad será el forzoso acompañante de nuestra heroína. Pero desafortunadamente no termina todo allí, porque Theresa encuentra un final de lo más trágico, de la mano de un ocasional partener. Es muy significativo que, en un bar donde todos los solitarios están festejando la nochevieja de 1976, encuentre a su verdugo, al que acude tratando de rehuir un nuevo acoso del buen James. El mensaje es claro en el sentido de que las garras de la familia no te soltarán, y si no acatas sus dictámenes sacrosantos, sus valores y convenciones, su régimen de vida, si no te inmolas en el altar de la familia, tu destino no será otro que el martirio.
La música disco que suena en todo el soundtrack, las noches y las calles de Chicago, los bares, los boliches y más tarde los hoteles son el ambiente que Theresa encuentra ideal para desplegar sus alas libertarias, su guerra declarada a las inhibiciones y represiones impuestas por el entorno familiar, y saciar su sed de independencia y de placeres. Los días de dedicada maestra de niños sordomudos completan el desigual cuadro de su vida.
Es así como Theresa va conociendo personas, particularmente hombres que ingresan a su vida y determinarán su destino. Tony es uno de ellos (Richard Gere) y James es otro, que conoce a través de la familia de una alumna. Tony es un bribón nocturno. James trabaja para la beneficencia estatal. Tony es un ex combatiente un poco tocado, James es católico y se ha convertido en el candidato soñado del señor Dunn para su hija Theresa. Theresa se divierte mucho al principio con Tony, mientras pronto detestará a James que, curiosamente, comienza a asediarla... Pero es éste un asedio diferente al de los bribones (que también la asedian) y que recuerda claramente al padre de Theresa.
Si el "Señor Goodbar" viene a significar esa relación fresca, ideal, que representa la máxima aspiración de Theresa, es claro que la realidad le depara cosas muy otras, que este mundo no es apto para satisfacer semejantes demandas, y que la soledad será el forzoso acompañante de nuestra heroína. Pero desafortunadamente no termina todo allí, porque Theresa encuentra un final de lo más trágico, de la mano de un ocasional partener. Es muy significativo que, en un bar donde todos los solitarios están festejando la nochevieja de 1976, encuentre a su verdugo, al que acude tratando de rehuir un nuevo acoso del buen James. El mensaje es claro en el sentido de que las garras de la familia no te soltarán, y si no acatas sus dictámenes sacrosantos, sus valores y convenciones, su régimen de vida, si no te inmolas en el altar de la familia, tu destino no será otro que el martirio.