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España España · Valencia
Voto de gpiqueras:
3
Drama Sin trabajo ni futuro, Álex y Cata han soñado toda la vida con irse del barrio juntas. Las dos saben que se tienen la una a la otra, lo que les ayuda a sobrellevar su realidad. Mientras planean su huida, cada noche la disfrutan como si fuese la última. Son frágiles, como el vuelo de las libélulas, suspendidas en equilibrio.
10 de diciembre de 2022
13 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra película (más) de la generación z cuyo principal argumento (o uno de los principales, vaya) es la droga (lo vimos en "Cardo" y en "Autodefensa"). Parece que, para la gente joven, solo existe la droga (¿esto es así o simplemente es lo que más vende?). Utiliza recursos parecidos al destape para vender (aunque aquí lo venden como algo transgresor y realista). Da la sensación de que las actrices, especialmente Milena Smit, están en una zona de confort y que, el realismo que quiere transmitir la película tiene que ver con ser estridente, y con no profundizar psicológicamente en nada. De ahí que encontremos gritos y lloros cuasi adolescentes. Difícil empatizar con este tipo de personajes cuyas únicas prioridades son salir de fiesta y drogarse, por mucha fotografía bonita que se utilice. La película, además, pese a no ser especialmente larga, se hace tediosa por el hecho de ofrecer desde el principio los mismos recursos y la misma idea fija (la huida... la cual es perfectamente entendible, pues yo como espectador también quiero huir).

A quien le guste la película y la defienda, dirá que habla de amor, de amistad, del desarrollo de las diferentes relaciones que se ven. Y de una huida (¿por querer progresar?) en todo caso esta huida parece algo impostado (tiene que haber una meta). Es decir, habla de relaciones, como la gran mayoría de películas de la historia del cine. Pero aquí, si hablamos de talento, hay poco que contar: todo lo que cuenta podría resumirse en un videoclip de trap (o de algo que se lleve más, dada la modernidad de estos personajes tan transgresores). Esta es la cruda realidad, películas como esta no pueden representar (o eso espero) a ninguna generación. El arte del cine marginal ya lo vimos (y con más talento) en el cine quinqui de los ochenta.

Una de las escenas cercanas al final en al que salen bailando mientras beben (y demás) y un coche hace trompos representa a la perfección este cine adolescente, que contiene la parte menos divertida de una letra de Camela (sin ser esto una crítica a tan original grupo).
gpiqueras
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