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España España · Pamplona
Voto de Meroe:
3
Animación. Fantástico. Aventuras Tercera y última entrega de la trilogía de Arthur y los Minimoys. Maltazard ha conseguido infiltrarse en el mundo de los hombres. Su objetivo es reclutar un ejército de gigantescos secuaces y dominar el universo. Arthur es quizá el único capaz de frustrar sus planes, pero primero tendrá que volver a su habitación y recuperar su tamaño normal. Aunque sigue atrapado en un diminuto cuerpo de Minimoy, contará con la ayuda de Selenia y ... [+]
3 de marzo de 2011
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida, ridiculamente infantil e innecesaria tercera parte de "Arthur...", y esperemos que (realmente) sea la última. Si bien la primera parte de la saga tenía, digamos, un ligero encanto debido a la novedad de ver a Freddie Highmore, aquél que trabajó con Johnny Depp en "Charlie y la fábrica de chocolate" convertido en un semi-gnomo de dos milimetros de altura, la segunda parte decepcionaba por momentos hasta llegar al agotamiento mental y esta, bueno, no tengo palabras.
Ganas de rizar el rizo es lo que tuvo Luc Besson cuando insistió en hacer esta tercera parte que insisten en ir a a ver los niños pequeños, quienes aun no saben distinguir entre fantasía y fantasioso. Personajes poco definidos, lugares que son una copia cutre de "Bichos" y AntZ", y un guión que parece autoalimentarse de cliches mil y una veces vistos en pantalla grande y pequeña.
Pero esta película tiene una cualidad asombrosa, no crean. Una cualidad que hasta ahora no había conseguido ninguna otra película que he visto en mis 20 años de vida: ha conseguido que me quedara dormida en plena sala.
Trás mi despertar provocado por los toques en el hombro de mi primo, y tras salir de ese soporífero estado gracias al frío de la noche solo pude pensar en una cosa. Pensé en lo injusto que era que las productoras pusieran dinero para hacer tales bazofias que no aportan nada y películas como "El Hobbit" han estado en el umbral de no llevarse a cabo ( y seguramente muchas otras que jamás verán la luz) por la maldita crisis económica. Qué triste.
Meroe
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