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España España · Madrid
Voto de artabro:
5
Comedia Llega el final de un año que todo el mundo quiere que acabe, y los creadores de 'Black Mirror' proponen una retrospectiva cómica en toda su locura y esplendor.
28 de diciembre de 2020
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que para entender este contenido de Netflix es necesario conocer un poco más a su creador, Charlie Brooker.

A comienzos de los años 2000, Charlie se dio a conocer ante el gran público inglés por publicar una columna de crítica televisiva en el periódico The Guardian llamada Screen Burn. Sus columnas eran hilarantes por su habilidad lingüística y por sus críticas muy ácidas a muchos programas de telerrealidad y demás contenidos adocenantes. Al cabo de un tiempo, le ofrecieron hacer eso mismo desde la propia televisión... y nació el programa "Charlie Brooker's Screenwipe".

Ese programa estaba muy bien, aunque muchas bromas no se entendiesen fuera del Reino Unido por no conocer los referentes culturales y televisivos que mencionaba. Sin embargo, durante las fiestas navideñas, Charlie Brooker hacía un programa especial para hacer un repaso del año y ahí, aunque había muchas bromas sobre lo que había pasado en televisión, levantaba un tanto el vuelo y se hacían comentarios sobre la sociedad que se estaba creando por culpa de los contenidos televisivos, las redas sociales, etc. Algunas de las premoniciones y advertencias que allí hacía después se han ido haciendo más obvias y corroborando (se puede buscar el que hablaba de la "non linear warfare"). Era una especie de Black Mirror explicado. Después Charlie Brooker se enredó con dicha serie y, por último, con Netflix.

Y llegamos a este programa, que es una especie de Wipe de 2020, pero en un formato diferente. Su objetivo se podría decir que es el mismo, repasar el año que acaba, pero se hace de un modo mucho más domesticado. Ya no sale Charlie Brooker presentando (sólo como voz en off en las "entrevistas") y no se realizan análisis de ningún tipo. Queda todo reducido a unas pocas pinceladas. Los temas tratados no creo que lleguen a diez y el formato de falso documental, aunque trae algunos golpes brillantes como los de Hugh Grant o Lisa Kudrow, no son más que chistes, sin reflexión.

Lo que es peor, la globalización de Netflix ha provocado que todos los temas que se traten deban ser entendidos en todos los países del mundo en los que se encuentra esta plataforma de streaming, pero, en vez de diversificar, para que haya temas que afecten a cada país o región del mundo, se ha reducido a temas de EEUU y Reino Unido. De hecho, la segunda mitad casi toca exclusivamente las elecciones estadounidenses. El resultado es que poco le falta para poder ser calificado de colonialismo cultural; lo que sucede en esos dos países es lo único que cuenta, el resto... da igual.

Por eso le pongo un 5. Los chistes no son malos, pero el contenido original era mucho, mucho mejor y es una tristeza que Netflix haya acabado con otro contenido que ayudaba a pensar, convirtiéndolo en, simplemente, un contenido para echarse un par de risas sin que deje ningún recuerdo al cabo de pocos días. Y eso, en un año como este, donde tantos análisis sociológicos brillantes podrían hacerse... es una auténtica desgracia.
artabro
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