Aaaaahh, que placer recordar la niñez y adolescencia con estos bodrietes nostálgicos, hay que reconocer que por aquel entonces esta película muchos la vimos con otros ojos, luego llegó el cruel despertar a la realidad.
Malas interpretaciones, mala película y malo todo, jajaja, pero trae tantos recuerdos, que una vez cada diez años le doy un vistazo a modo de terapia, eso si, antes de comer o cenar, no vaya a echar la pota en alguno de esos pases a escondidas, porque esto ya no se puede visionar acompañado sin ponerse como mínimo rojo cual tomate maduro. La banda sonora incluye la voz de pito de Summers, una ejecución más pasada que las sandalias de Moises y algunas de las letras más estupidas del panorama musical de la época. Pese a todo, disfrutable como todo lo espantosamente malo, que de tan horrible alcanza cotas sublimes de comedia vanguardista.