No me extraña en absoluto que la nueva obra de Michel Gondry haya pasado desapercibida para el gran público. Concebida como una especie de proyecto personal, "L'epine dans le coeur" (que se traduciría más o menos como "una espina en el corazón") hace un viaje en el tiempo para contarnos la vida de Suzette Gondry, antigua maestra de escuela y tía del realizador de cine. Con un formato episódico, dividido en años, se nos va narrando progresivamente mediante declaraciones, entrevistas y grabaciones caseras toda esta etapa. Lamentablemente el ritmo del docudrama es tremendamente irregular, alternando momentos de tedio con otros más animados y, eventualmente, algún detalle aislado representado con maestría.

No es que Gondry lo haga mal, sino que tal cual cuenta las cosas nos importa bien poco la vida de esta señora, algo a lo que no ayuda rodearla de personajes anodinos y algo metidos con calzador. Por ejemplo el insertar paralelamente las vivencias de Jean-Yves, el hermano del director, no funciona como contrapunto de su madre, intentando crear un conflicto para dar cierta emoción a un relato que, de hecho, nunca llega, sintiéndose extrañamente frío, distante. Como puntos positivos, la película se siente real, no demasiado manipulada, pero ni esto es "El desencanto", donde cada persona era radicalmente diferente y bastante interesante, ni se acerca al fantástico documental "Crumb", donde todo estaba tan, tan bien hilado, que era imposible aburrirse y dejar de interesarse por lo que se estaba contando.