Aunque se han hecho decenas de películas sobre el futuro del planeta, casi siempre en tono postapocalíptico, cuando aparece una buena que no cuenta nada nuevo pero que hace bien lo que se propone, hay que aplaudirlo. En los últimos años hemos tenido propuestas interesantes como la infravalorada "Carriers" de los hermanos Pastor o "The Road" con Viggo Mortensen. "Hell" viene de Alemania pero su factura no tiene nada que envidiar a las dos producciones de Hollywood mentadas, lo cual es como poco sorprendente teniendo en cuenta que es el debut en el largometraje de Tim Fehlbaum, que había hecho sus pinitos como cámara en documentales y en algún vídeo musical.

En "Hell" hay algo de esta herencia pero en general el tono es sobrio, sin excesos, apoyándose en un reparto que funciona sobre todo gracias a sus actrices principales y en una fotografía espléndida, que cuando involucra la luz (como en cierta escena de huida) convierte la pantalla del cine en un reflector de sensaciones nuevas. Dirigida con entereza, desde la modestia, su historia -como digo- no cuenta nada nuevo pero da igual porque todas las teclas están bien tocadas y no chirría nada; y podría. Ágil y en todo momento interesante, sus problemas se pasan por alto cuando se sopesan frente a sus virtudes, que son bastantes. Sin duda alguna ha sido una de las sorpresas de Sitges y no sorprendería que arañase algún premio en esta edición del festival.