Yo lo siento, pero no cuela. El cine bélico que tira por lo fácil me molesta, incluso, aunque me es imposible negar lo evidente y es que "The Front Line" está hecha con talento. El director sabe hacer las cosas, aunque tampoco es que se salga del molde en ningún momento, ni siquiera cuando podría (retratando esa amistad imposible, usando cierta caja como nexo de ambos bandos), Kim Woo-hyung (responsable de fotografía) se gana el sueldo con algunos momentos sólidos, pero tanto el guionista Park Sang-yeon (basándose en un libro propio) como sus dos compositores (Dal Pa-lan, Jang Young-kyu) hacen trampas. Y eso no mola.

La historia nos plantea un reencuentro entre dos personas que fueron muy amigos. Ahora están en bandos enfrentados pero eso no es un impedimento, todo lo contrario, servirá como excusa para exagerar el drama y convertirlo en porno emocional. "The Front Line" tiene ideas y conceptos, medios y posibilidades, pero se entrega con demasiada facilidad a los recursos manidos que infectan este tipo de cine desde hace décadas. Llevar la poesía a este contexto es complejo, pero hacer versos con la sangre derramada, aún con rimas pobres, no lo es tanto. Si Jang Hoon tuviese un poquito más de ambición y no hubiese hecho la película con los premios en mente (por lo pronto ha arrasado en la academia de su país y ha sido enviada a los Oscar como representante de Corea del Sur) podríamos hablar aquí de un buen drama bélico con la amistad como telón de fondo, y no a la inversa. El problema surge cuando cada muerte es coreografiada con violines, y cada momento dramático recalcado mediante tiempo bala. Eso si, los discursos finales siempre se dicen antes del último aliento.

Cine de baja altura, con una duración demasiado dilatada (aunque salvo en su tercer acto, se ve sin mirar demasiado el reloj), bien realizado pero más frío que un iceberg, salvo en momentos muy aislados. Inferior a la también considerablemente sobrevalorada "Lazos de guerra" de Kang Je-gyu, y muy por debajo del cine bélico asiático realmente bueno: "Assembly" de Feng Xiaogang (2007) y sobre todo, "Ciudad de vida y muerte" de Lu Chan (2009).