Casshern es, junto con MirrorMask, una de las mejores experiencias visuales que uno puede disfrutar frente a la pantalla. La película de Kazuaki Kiriya, basada en un anime setentero del mismo nombre, hace uso de la técnica de filmar a los actores sobre pantallas azules-verdes para posteriormente crear los fondos mediante ordenador, consiguiendo así una apariencia impresionante. Y es realmente una pena que una película como Casshern, que muestra un futuro apocalíptico post-nuclear realmente alucinante, sólo cuente con su capacidad visual para enganchar al espectador, siendo lo demás bastante simple.

La tonalidad de los colores, el uso de flashbacks en blanco y negro y la contraposición que presentan los planos del presente, en vivos colores cálidos, consiguen que todo luzca especialmente bien. Es, realmente, una auténtica maravilla disfrutar de Casshern y su imaginativo y maravilloso universo. Es una película que, pese a que a priori en anime sería mucho mejor, poco a poco va ganando puntos. Los efectos visuales más notables que he visto en mucho tiempo los he encontrado en esta cinta japonesa de 2004. Realmente me encantaría ver la próxima adaptación del videojuego de turno con esta técnica: Seguiría siendo una película vacía, pero estéticamente inolvidable.

Lejos de esto la película es bastante simple, argumentalmente bastante mala pese a sus mensajes protesta, su apología anti-gobierno y sus múltiples matices secundarios. Pese a que la primera hora supone un """prodigio narrativo""" -al menos entretiene-, lo demás se convierte en un más de lo mismo, en un mal videojuego de 140 minutos que se hace excesivamente largo, carente de ritmo y únicamente salvable de la mediocreidad por su, por enésima vez, sublime apartado técnico. BSO realmente cuidada, hermosísima diría, cumpletan este cuadro mágico en el que es recomendable dejarse perder. De ahí la nota, sea dicho. Si la película no fuese tan prodigiosa en el aspecto visual/sonoro fácilmente se llevaría un 2 o un 1 -como Volcano High School-, pero he de admitir que me ha encantado -en este aspecto-.

Lástima que el argumento sea tan horroroso, aunque deje algunas frases que a mi personalmente me parecen fantásticas o al menos especialmente destacables en un libreto tan ridículo como éste, como la que sigue: "Aquí nací yo. Tal vez debería llamarte padre, y así terminaría todo mi sufrimiento. Sin embargo, mi odio tiene las raices muy profundas, como el amor que un niño siente por su padre. Aunque intento contenerlo el odio me consume. El odio me destruye. No puedo librarme de él. Nací entre odio y me crié con él. El odio, es mi padre y es mi madre. Por que el odio pertenece al ser humano.”