En los 60, un geniaco llamado Harold von Braunhut comenzó a comercializar los llamados Sea Monkeys o Monos marinos. Cualquiera de mi generación sabrá de que hablo porque en los 90 volvieron a tener cierto éxito, una especie de bichos que se vendían en un sobre y que revivían al meterlos en agua. Una cosa muy original sobre todo si eres niño y quieres sentirte como Lisa cuando creó una civilización en su propio diente.

"Kitchen Sink" de Alison Maclean va un poco más allá pero además lleva el concepto a un entorno más real y al mismo tiempo sobrenatural. Para ello parte de una situación cotidiana: un personaje frente al fregadero. Y poco a poco añade capas: una mujer ve un pelo, tira de él... y lo que sigue son casi veinte minutos de surrealismo moldeado con una fantástica fotografía en blanco y negro, levantado con apenas dos actores y dirigido con habilidad por la citada Maclean. No me sorprende nada que con este trabajo optase a la Palma de Oro en Cannes y menos aún me extrañaría que la hubiese ganado un trabajo inferior, pero más accesible y para todo el mundo. Total, una pieza recomendada para todo aquel que guste de propuestas diferentes y valiosas más allá de la narrativa convencional.