La cinematografía tailandesa sigue siendo bastante pobre a nivel general. Centrándose en intentar alcanzar un nivel que en Hong Kong, China, Corea del Sur y Japón ya han superado desde hace mucho tiempo, "Siyama" es la enésima película que trata de ofrecer un cóctel de géneros y que, sin embargo, acaba siendo emborronado por algunos aspectos no del todo pulidos y un guión con agujeros demasiado acusados.

En primer lugar la historia no es demasiado original, lo cual no sería un problema si los personajes estuviesen bien tratados. Todo es bastante aleatorio, los actores principales son solventes pero no destacan y lo que empieza bien termina por ser demasiado maniqueo y en ocasiones carece de sentido. La película es un blockbuster tailandés y por tanto se centra especialmente en dos puntos clave: estética y coreografías.

Con respecto al primer punto, es sublime. El tratamiento de la imagen, los "diseños" de los personajes, vestuario y efectos especiales son muy decentes, está trabajada al máximo y los escenarios además una maravilla. El punto dos también se supera con solvencia, con batallas entretenidas y dinámicas que nunca pierden fuerza, habiendo pocas, pero bien llevadas a cabo. Pero no hay más: "Siyama" es un videojuego en el que sólo participamos como espectadores, y ese es su mayor problema. Pese a todo, entretiene y cuenta con algunos momentos dignos de ver. No está mal como alternativa a los Wuxia, aunque si te esperas "Hero" lo llevas claro.