"La LEGO Película" no es una película cualquiera, y por tanto tampoco merece una reseña al uso. Dicho esto me limitaré a dejar caer algunas ideas que pueden ser tomadas como piezas de una estructura completa, una (espero) tan sólida como la que Lord/Miller (acompañados de McKay) han construido en un film que es desde ya un trabajo a reivindicar por suponer un soplo de aire fresco no ya dentro del medio de la animación, sino también en el grueso de los blockbusters salidos de Hollywood.

- "La LEGO Película" es capaz de reinventarse en más de dos ocasiones, pese a que en el fondo cuente la historia de siempre (un personaje normal que debe convertirse en héroe, consiguiendo encontrar aquello que existe en su interior). La línea central es tan delgada que podría parecer que sus méritos añadidos sean sólo eso, cuando en verdad funcionan como parte de un todo. La construcción del personaje de Emmet es, pues, perfecta para esta alegoría sobre la creatividad y el poder que se encuentra en nuestras manos.

- "La LEGO Película" no está hecha para vender juguetes, y es que como ocurría con la también excelente (y casi clásico moderno) "South Park: Más grande, más largo y sin cortes", hay un estudiado trabajo por parte de animadores, guionistas y los propios realizadores. No es un film hecho con un afán mercantilista; hay una visión, una necesidad artística detrás. Dicho de otra forma, no es flor de un día, ni algo alimenticio. Por el contrario, tiene entidad propia, una estructura perfectamente funcional, y un timing cómico (no falla ni un gag) que ya quisieran para sí prácticamente todas las comedias que salen cada año.

- "La LEGO Película" es incluso demasiado divertida. Lord/Miller, que ya sorprendieron a todo el mundo con su tremenda "Lluvia de albondigas" y con "Infiltrados en clase", son capaces de crear bromas en segundo plano que roban las miradas de forma rotunda. Una al azar: la de la tirita.

- "La LEGO Película" es consciente de lo que pretende y sortea cualquier delirio de grandeza. Sin renunciar a la épica, consigue evitar la mitificación de sus figuras (originales e invitadas, como ese magnífico Batman) para convertir cualquier elemento del film en algo funcional. Y utilizado al mismo nivel, sin poner una cosa por encima de la otra. Sus cameos funcionan, pues, como sucedían los de "South Park: Imaginationland" o en la franquicia "Toy Story": todo está ahí por algo. El product placement no se siente forzado; todo lo contrario. Y la prueba es la misma elección de quiénes aparecen y cómo lo hacen.

- "La LEGO Película" pertenece a ese tipo de cine de animación que goza de su propia libertad. Estamos dentro de una producción de estudio con la mirada puesta en el mainstream; es indudable. Pero como sucede con trabajos como "Pánico en la granja", "Rango", la citada "Lluvia de albóndigas", "¡Piratas!" o "Fantástico Sr. Fox", no se pliega necesariamente a la fórmula habitual para construir su propio ritmo, sus propias reglas. El slapstick, lo anárquico, se impone a lo convencional incluso a nivel de estructura. Diría, yendo más lejos, que hay una seña autoral detrás en lugar de parecer un trabajo hecho por máquinas frías.

- "La LEGO Película" es tan buena que tras dar dos giros de guión tremendos, que desmontan cualquier convención previa (como ocurría en "Iron Man 3" con su villano), y caer en cierta medida en el lado cursi, sobrevive con fuerza porque el viaje que ha propuesto durante unos 100 minutos ha sido tan sumamente placentero que todo nos da igual. Que salimos del cine alegres, recordando lo que suponía ser niños, felices de haber vuelto a sentir aquel cosquilleo. Porque no es la cinta de animación más importante de los últimos años, ni la más notable o emocionante. Pero sí una que hay que ver dejándose llevar. Porque aquí, 'todo es fabuloso'. Y querríamos ser Emmet y vivir una aventura similar.