En el cine de animación europeo todo vale y parece que "The Prodigies" es un intento de confirmar que incluso en el país vecino puede hacerse algo espectacular a pesar de que el guión no esté entre las prioridades de sus responsables. El largometraje de Antoine Charreyron funciona así en sus notables secuencias de acción pero palidece en aquellos momentos en los que se dedica un tiempo al desarrollo de los "personajes" (que son clichés con patas). Y es una pena que sea así porque el punto de partida es bueno: un hombre se dedica a buscar a varios jóvenes con unas habilidades especiales. Su propósito es hacer que se integren pero a cosa se convierte rápidamente en un show mediático con la excusa de salvar un empresa que ha perdido a su responsable principal.

"The Prodigies" pierde demasiado tiempo y aunque jamás aburre y tiene buen ritmo, sufre de algo grave que es tener ambición y no poder colmar las expectativas. Sus secuencias de acción son fantásticas, sobre todo en su tramo final, están notablemente animadas y hay buenas ideas en las coreografías. Ayuda y mucho la notable partitura compuesta por Klaus Badelt, por otra parte, pero sin un guión que consiga implicarnos en lo que se nos cuenta, poco más puede hacerse. Su falta de riesgo (no sé si en la novela original, hablo siempre de la adaptación) le juega en contra al convertirse en un mal frankenstein de películas mejores, como las "X-Men" de Singer e incluso un toque a lo "El pueblo de los malditos". No se pasa mal viéndola pero tampoco aporta demasiado.