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Voto de Caith_Sith:
7
6,7
529
Animación. Drama Un médico rural, apático y ególatra, relata con desesperación el caso de una llamada de urgencia para atender a un chico herido de gravedad, y cómo todos los elementos se conjugaron para verse obligado a atenderla. Aclamada adaptación (preseleccionada para los Oscar) del relato corto surrealista "Ein Landarzt", de Franz Kafka. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2010
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Liderando a una corriente completa de animadores independientes, Koji Yamamura es uno de las figuras clave de la animación japonesa a pesar de que sea demasiado "auteur" para los paladares menos exigentes. Tanto es así que su obra, de la misma forma que ocurre con otro outsider como Kunio Katô, está relegada a los circuitos más minoritarios y los fans de Naruto, Dragon Ball o producciones tradicionales del país nipón no consideran estos trabajos "anime", sino algo diferente y menos “puro”.

Lo curioso es que viendo "A County Doctor" se entiende en cierto modo esta reticencia. Yamamura nunca ha intentado contentar a nadie, ha hecho lo que ha querido y esto le distingue de muchos de sus compatriotas: la pasión, su punto de vista y el de nadie más superponiéndose a las presiones comerciales. Después de ser nominado al Oscar por la fabulosa "Mt. Head" (2003) y realizar la genial "The Old Crocodile" (2005), Yamamura dio un paso más allá: adaptar a Kafka. En las dos obras anteriores el realizador adoptaba diferentes estilos acorde a las historias en la que se basaba: un dibujo más europeo para para la primera y sombras casi básicas para la segunda. Aquí experimenta, y muy bien, con las formas y los encuadres para dar lugar a una paranoia rotunda y bella al mismo tiempo.

"A Country Doctor" cuenta la historia de un hombre que debe viajar a la casa de un paciente para curar su enfermedad. La idea es simple, la narración va aumentando en surrealismo y los rebuscadísimos planos y secuencias juguetean con la cámara como no podría hacerse en el cine de imagen real. Yamamura alcanza su madurez como artista con esta obra extraña, quizá difícil y personal. Es Kafka como nunca se había visto, para bien, y para mal. Lo cual en realidad es una lástima, ya que por su condición de rareza va a recibir tantos palos inmerecidos bajo el pretexto de que "no se entiende" o "no se sigue bien". Qué le vamos a hacer. No cabe duda, de todas formas, de que merece y mucho la pena si se sabe lo que se va a ver: animación independiente con ambiciones que van más allá del “pasar el rato”. Y es que Kafka tampoco era Dan Brown, precisamente.
Caith_Sith
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