FA
colaborador
Media votos
5,2
Votos
15.550
Críticas
1.688
Listas
125
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Caith_Sith:
3
20 de marzo de 2010
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ted Petok seguramente haya nacido con un trébol de cuatro hojas metido en el culo. En 1971 hizo una parida de dos minutos, que resultó ser además el corto más corto -valga la redundancia- presentado en la categoría de Mejor cortometraje de animación de los Oscar... y encima va y gana el premio. No, no es un chiste. Mira, esto sí:
"Va un caracol y derrapa"
¿Divertido? Depende. Visualízalo en tu cabeza. ¿Divertido? ¿Sí... o no? Seguramente no, probemos con otro.
"Van dos en moto y se cae el del medio"
¿Jajajaja...? Vale, tampoco. Vamos añadirle detalles.
"Van dos en moto y se cae el del medio, por la ventanilla de atrás"
¡Jajajajajaja! Vale, no, ni puta gracia.
Resumamos "The Crunch Bird"
"Una mujer le compra un loro caníbal a su marido. El loro reacciona al escuchar su nombre y posteriormente el objetivo a devorar."
Catársis, risa, emoción. Una parida, no hace mucha gracia pero la cara de tonto se te queda al terminar de verlo. ¿Merece un Oscar? Pues no sé, hasta Sandra Bullock tiene uno. Y le echó más ganas que Petok para lograrlo, eso sí.
Misterios de los académicos.
"Va un caracol y derrapa"
¿Divertido? Depende. Visualízalo en tu cabeza. ¿Divertido? ¿Sí... o no? Seguramente no, probemos con otro.
"Van dos en moto y se cae el del medio"
¿Jajajaja...? Vale, tampoco. Vamos añadirle detalles.
"Van dos en moto y se cae el del medio, por la ventanilla de atrás"
¡Jajajajajaja! Vale, no, ni puta gracia.
Resumamos "The Crunch Bird"
"Una mujer le compra un loro caníbal a su marido. El loro reacciona al escuchar su nombre y posteriormente el objetivo a devorar."
Catársis, risa, emoción. Una parida, no hace mucha gracia pero la cara de tonto se te queda al terminar de verlo. ¿Merece un Oscar? Pues no sé, hasta Sandra Bullock tiene uno. Y le echó más ganas que Petok para lograrlo, eso sí.
Misterios de los académicos.