29 de febrero de 2012
62 de 95 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esopo lo sabía y nos lo contó. Y es que si se miente una y otra vez con eso de "¡Que viene el lobo!", al final cuando venga nadie va a hacerte caso. Las críticas de "Infierno blanco" ("The Grey") han sido particularmente buenas en Estados Unidos, lo cual hacía esperar cierta madurez en la carrera de Joe Carnahan. Ya tocaba. Vista la película se aprecia que algo hay, no sé si talento pero desde luego es un tío apañado, capaz de conseguir en momentos aislados que nos creamos que la cosa no va a irse a pique. La sensación dura poco. Su primer acto no inventa nada nuevo pero desde luego es casi funcional, a pesar de que básicamente es un rip-off barato (aunque hecho con mucho más presupuesto, y menos talento) del episodio piloto de "Lost" dirigido por J.J. Abrams, mostrando así un accidente de avión y cómo varias persona deben sobrevivir en un ambiente hostil.
El problema surge después, con la aparición de la primera amenaza: los lobos digitales. Cómo cantan, madre mía. Y no como en una película de Disney, donde al menos con el modo karaoke pues podrían unirse a ellos y pasar el rato, es que los cánidos aparecen exclusivamente cuando tienen que acabar con un personaje concreto de forma pobre y poco inspirada. "The Grey" intenta ser además una especie de película que va más allá, con alusiones al propio Dios, diálogos teóricamente cargados de profundidad... y su filosofía en realidad es más frágil que Paz Padilla en huelga de hambre. Así que al final queda un puedo y no quiero de proporciones no épicas ni cósmicas pero sí respetables.
Para la próxima recomendaría a los guionistas que intentasen omitir a los personajes cliché (el del "malote" del grupo tiene tela, con su evidente redención) y tratasen de hacer algo distinto. Películas sobre supervivencia o con animales las hay a patadas. Buenas, pues ya son menos. "The Grey" no es de las peores pero está lejos de ser una de las "elegidas". Se pasa el rato viéndola, eso sí, pero como apunta Sergi Sánchez, "Si 'Infierno blanco' tuviera un solo protagonista, careciera de diálogos y desarrollara un clímax que Carnahan prefiere escatimarnos, sería una gran película de aventuras de corte clásico. La pena es que quiere ser un thriller existencial, y Carnahan no da la talla".
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