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Voto de Caith_Sith:
10
Intriga. Drama. Thriller. Romance Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2011
63 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
David Lynch rodó Mulholland Drive teniendo en mente estrenarla como el episodio piloto de una serie de televisión para la ABC. Tras verlo, los mandamases de la cadena decidieron rechazar y cancelar el proyecto. Pero se hizo el milagro: dos años más tarde, con financiación extra, Lynch pudo terminar MD y firmar, así, la que es una de las mejores películas de la pasada década y al mismo tiempo una de sus cumbres cinematográficas, quizá la más sensual y hermosa de todas sus obras, junto a la también extraordinaria “Blue Velvet”.

Naomi Watts. Quizá el milagro más milagroso de la película. Qué forma de hablar, de moverse, de reír y llorar, de mostrar rabia, de contenerse. Qué acierto de casting y qué soberbia, impresionante, su escena de ‘casting’. Entrega la que posiblemente sea una de las mejores interpretaciones femeninas de la Historia del Cine, que se dice pronto. Ella, sus ojos intensos ojos, son la película.

// “Silencio” //

Y así nos quedamos, enmudecidos. Porque las primeras dos horas de Mulholland Drive son un ejercicio de intriga soberbio, de tensión sostenida, de amenaza acechante. Todo es malsano, la ambientación es opresiva, cuesta respirar y moverse. La cámara de Lynch serpentea, la música de Baladamenti hace aumentar las pulsaciones y la fotografía de Peter Deming intimida. El orden de los factores, en este caso, no altera el producto: todo es tan ecuánime, hay un equilibrio tan milagroso, que es imposible pensar en una parte sin la otra. Es entonces cuando llega la traca final, su última media hora, que se inicia cuando acaba la escena más comentada del film, en la que Watts y Harring son poseídas por el espíritu de Nerón haciendo arder no sólo Roma, sino todo lo que se encuentra en su camino.

Llega así el cambio de roles, de perspectivas, de mundos. ¿No has entendido Mulholland Drive? ¿Y qué? Déjate arrastrar. Lynch crea cine de sensaciones y mientras consiga despertar alguna en tu interior, habrá cumplido su objetivo. Cine de un vuelo altísimo, a nivel formal y narrativo. Con un reparto soberbio y la suficiente personalidad como para grabarse a fuego en la retina. Porque Mulholland Drive es en esencia un milagro materializado en celuloide; ni más, ni menos.

// “Silencio” //
Caith_Sith
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