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España España · Madrid
Voto de paki:
9
Drama Beto es cuidador de una casa en la Ciudad de México, vacía desde hace muchos años y en la que antes trabajaba de mozo. La soledad de los últimos diez años, así como la rutina y la monotonía de su trabajo, han hecho que esté cada día mas encerrado en una vida que la mayoría considera asfixiante. Sin embargo, a él le da la seguridad y la estabilidad que no encuentra en el amenazante mundo exterior. Tanto así que ha desarrollado un miedo ... [+]
13 de septiembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película de las que te impregnan, y cuando acaban te quedas un rato largo pensándola, porque es de las que te implicas tanto que te cuesta regresar al sofá de casa. Aquí me pasó. Casi enseguida, estaba con Beto, el cuidador de una casa enorme y lujosa, que está para alquilar desde hace diez años y un día, más o menos. Lo cuento así porque parecería una condena de soledad y de aburrimiento, si no fuera porque está allí feliz, mimetizado con la casa, protegido por sus enormes muros de fortaleza urbana en medio de una ciudad que parece la más peligrosa del mundo.

Cuando el exterior es oscuro, grande y siniestro, Beto echa las cortinas, cierra la puerta y hace, incansable, sus rutinas de cada día. Siempre las mismas. Las que le dan la seguridad de que la vida es un espacio controlable a ritmo de reloj. No se siente prisionero ni esclavizado por esas costumbres, día a día repetidas. Todo lo contrario. La casa es un lugar abierto y amplio por donde se mueve libre. Lo que le aterra de verdad es la calle, el mundo de ahí afuera, el de detrás de las cortinas. Las noticias de los periódicos y el telediario de cada día, le confirman que el mundo es un sitio cerrado, peligroso y asfixiante donde no se puede vivir seguro. Mantiene su agorafobia a salvo en su casa castillo y vive tranquilo en su soledad, esperando las visitas de su dueña, a la que mira con ojitos de lacayo enamorado; o bajando las almenas, cada viernes exacto, a la hora precisa, para que Lupe le dé calor y cariñito. Todo perfecto, controlado, limpio, sin sorpresas ni aventuras.

Hasta a mi me lo parecía. Me asomaba con Beto a la ventana para ver a los posibles inquilinos, o echaba las cortinas por la noche para descansar, sabía lo que iba a desayunar y lo que cenaba por las noches, sonreía cuando saludaba a Lupe con su misma frase, o a la señora de la casa. Y temía que todo aquello se rompiera el día, inevitable, que aquella casa se alquilara y hubiera que salir a la calle afilada, al mundo peligroso y al futuro incierto...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
paki
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