Siempre digo que si una película logra entretenerme de principio a fin, es extraño que no consiga, como mínimo, un merecido aprobado. En este caso, además de habérmelo pasado bomba, he de reconocer que el puntito épico con sabor a añejo (es decir, sin mucha parafernalia visual, pero sí con mucha fuerza) y ese toque religioso con su lucha entre el bien y el mal y la búsqueda por parte del protagonista de una justa redención, aunque sea a expensas de su propia vida, la han hecho subir hasta alcanzar un -quizás exagerado- notable, pero ahora mismo aún la tengo en la retina y la adrenalina post Kane (excelente James Purefoy, por cierto), no me permite darle al 7.

- Lo mejor: la historia en su conjunto y la tensión palpable en el momento en que asesinan a la familia de Elizabeth (Rachel Hurd- Wood). El director, Michael J. Bassett, es un buen artesano capaz de transformar, como ya hiciera en la muy recomendable DEATH WATCH y en menor medida CACERÍA (estreno directo a DVD para pasar el rato), un justito presupuesto en un film con apariencia de haber costado 50 millones (en dólares, por supuesto) más.

- Lo peor: en muchos aspectos me hizo recordar al VAN HELSING de Stephen Sommers; desde las maneras del personaje principal, pasando por su vestimenta (sombrero incluido),... Sigo en SPOILER.